El 2008 ha sido uno de los años más difíciles desde que comenzó el Período Especial; pero a pesar de la creciente espiral de los precios de las principales importaciones del país, el impacto catastrófico de tres potentes huracanes y los fuertes ramalazos de la crisis económica mundial, la economía cubana crece este año en un 4,3 por ciento; trascendió en el Segundo Período de Sesiones de la Séptima Legislatura del Parlamento cubano, que fue clausurado por el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, General de Ejército Raúl Castro.
La transparencia y el rigor caracterizaron el tratamiento de asuntos claves que están lastrando la economía nacional y el control de recursos financieros y materiales que el Estado destina con grandes sacrificios a programas de la Revolución. Fotos: Juan Moreno El Parlamento cubano aprobó por unanimidad llamar a 2009 como Año del 50 Aniversario del triunfo de la Revolución; y también la nueva Ley de Seguridad Social, el Informe sobre los resultados económicos del 2008 y los Lineamientos del Plan Económico y Social para el 2009.
Si algo caracterizó el debate previo de esos documentos por los diputados, fue la transparencia y el rigor con que se abordaron asuntos claves que están lastrando la economía nacional y el control de recursos financieros y materiales que el Estado destina con grandes sacrificios a programas de la Revolución, mucho más cuando el país deberá enfrentarse a un año difícil e impredecible ante tantas condicionantes adversas.
La necesidad de cortarle las manos al despilfarro de recursos, y de ponerle coto a la complacencia con las pérdidas en la actividad empresarial, también ocuparon parte de los análisis. Las entidades deben ir a demostrar qué van a hacer para eliminar la irrentabilidad y no a fundamentar las pérdidas para que el Estado venga atrás a salvarlas siempre.
Otro vicio que nos contamina es la irresponsable y desentendida tendencia a la importación desmedida, en un país que debe aligerar su cartera de compras, cada vez más abultada por los destapes de precios en el mercado internacional.
En tal sentido, se criticó fuertemente el que en esa manía de la importación, se adquieran insensiblemente productos sin calidad. También se habló de la calidad y de los problemas organizativos que dilatan y elevan los costos de las inversiones, los flujos de las cadenas productivas y de servicios. «Estamos hipotecando el futuro», llegó a decir un parlamentario.
El diputado Jorge Castro fue severo al ilustrar con ejemplos cómo en ciertos lugares se ha deteriorado el sentido de pertenencia, aquello de sentir como propio lo que la Revolución pone en nuestras manos y cuidarlo. Tal es el caso de los recursos que se asignan en obras que luego de concluidas van revelando sus chapucerías y desaciertos.
Fue elocuente la intervención del diputado Lázaro Barredo, quien entroncó todas esas distorsiones y desentendimientos con males mayores, cuando señaló el derroche en los gastos sociales por la inobservancia de las normas de consumo, los costos unitarios, en un país que tiene un Presupuesto tan urgido y tensado por la atención a tantas necesidades humanas; y que así y todo crece y crece.
En la fiebre de gastar y gastar, se pierde el control sobre los recursos que tanto cuestan, y es cuando se facilita el robo; es cuando se abren los caminos para los inescrupulosos que nos esquilman y a la vez disfrutan todos los beneficios, sin trabajar.
El diputado Daniel Rafuls contrastó los éxitos de Cuba en tantas esferas con la morosidad que tenemos para transformar las realidades descritas, buscar nuevos estilos y métodos de trabajo, y abogar por nuevas fórmulas individuales y colectivas de trabajo, que desaten la productividad y desinflen las plantillas.
Niurka Fournier centró su intervención en las vulnerabilidades y burocratización de la contratación económica, y la inobservancia de aspectos fundamentales como la calidad y la garantía, lo que impide que los contratos desempeñen su papel fiscalizador.
El tan controvertido tema de la gastronomía estatal y del comercio lo trajo el diputado Ortelio Martín, cuando afirmó que ese sector requiere una reforma profunda, de modo que eficiencia y calidad vayan de la mano, y no siga constituyendo un surtidor de la economía marginal y el robo.
Varios de los ministros relacionados con diferentes áreas de la economía respondieron las inquietudes de los participantes, mas el reporte de JR quiso destacar la profundidad y el análisis crítico de los diputados en esta ocasión. Fue un debate responsable que dejó las señales de que hay que poner las cosas en su sitio y transformar estructuralmente muchos asuntos de nuestra economía que damos por entendidos y al final nos revelan cuánto desentendimiento subsiste.
Una ley justa en bien del puebloEl Anteproyecto sobre la Ley de Seguridad Social, discutida democráticamente por las amplias masas de trabajadores a lo largo y ancho del país durante un largo período de 2008, fue aprobado en forma unánime por el Parlamento en la sesión plenaria vespertina de este sábado, en el Palacio de las Convenciones.
La consideración de que este Anteproyecto de Ley sobre Seguridad Social es verdaderamente un documento más que necesario y útil, absolutamente justo y noble, quizá entre los más humanitarios del mundo, se evidenció —previo a su aprobación— en los debates realizados por los diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Una gran parte de las más de diez intervenciones que abordaron este tema, coincidieron en resaltar que se trata de un texto demostrativo de la verdadera democracia participativa del pueblo, donde en la inmensa mayoría de los municipios de la nación, fue abrumadora la votación a favor de este anteproyecto.
Algunos de los diputados al referirse al contenido de este documento, pusieron de manifiesto que capta muy bien las necesidades de los cubanos.
Los restantes diputados que intervinieron expresaron sus criterios acerca de la manera en que los elementos contentivos de esta ley recogen en sus principales tópicos hasta el detalle, la situación real de los trabajadores que más directamente están dedicados a la producción de bienes materiales o a la prestación de importantes servicios.
La perfección no existe y siempre puede quedar algún resquicio sin abarcar, algún matiz que no haya recibido tan honda estimación o no haya sido analizado como merece, dijo uno de los diputados, mientras que otros expusieron que es tan profundo y tan generoso el estudio hecho por los que concibieron este proyecto legal, que es preciso votar ahora a favor de él, porque se trata del bienestar, de la atención del grueso de los cubanos que necesitan los cuidados del país, sobre todo en los años finales de sus vidas.
Lo anterior también resume el ánimo y el palpitar de las opiniones que movieron a los trabajadores en las discusiones de todas las asambleas laborales y en esta oportunidad el de los diputados que levantaron sus brazos para aprobar un texto colmado de buena voluntad y hasta de amor por los hombres y mujeres que han dedicado la mayor parte de sus vidas a crear, a reproducir la vida inmediata del país, en campos y ciudades, en fábricas y en establecimientos de servicios, en la vida civil y en la vida militar.
Entre los diputados que intervinieron, estuvo el popular pintor Alexis Leyva Machado (Kcho), quien abogó porque se tuvieran en cuenta en los registros para las futuras jubilaciones a los jóvenes artistas de la plástica que laboran vinculados con distintos cuentapropistas.
«La Revolución no deja a nadie fuera de su ayuda y mucho menos a los jóvenes», planteó Kcho.
Con diferentes matices a la hora de explicar sus sentimientos y opiniones, en dependencia de la experiencia, la edad, el carácter, la profesión, la ocupación y otras individualidades, lo importante es que todos los que participaron en el debate revelaron que se aprobaría en esta Séptima Legislatura una ley que hará justicia a los desvelos y los anhelos de los que sudan la camisa y crean las riquezas, año tras año, cumpliendo su deber social como la Revolución les ha enseñado.