Cerró su travesía, después de 8 jornadas, en La Demajagua Nosotros entonces habríamos sido como ellos, ellos hoy habrían sido como nosotros Fidel Ni las inclemencias del tiempo, ni las demoras en Santiago, ni las pocas horas de sueño, ni los músculos atrofiados por el Turquino: nada pudo impedir que la expedición 50 eneros culminara su aventura en La Demajagua. Porque hay lugares sagrados y hombres que atraviesan siglos escuchamos la campana de Carlos Manuel.
¿Qué tenía aquel «pleitista bayamés», aquel amo de suertes, para dejar la vida de porcelana y fundar a Cuba en un bohío de la manigua? Son muchos misterios, pero en la finca madre, al menos uno se acerca a comprenderlos.
La historia, con sus hilos místicos, envuelve cada partícula de nuestra geografía.
Los Malagones que conocimos en Pinar del Río, reaparecieron a nuestro paso en una foto con Camilo. El joven Héroe de Yaguajay nos retrotrajo al Cacahual, en otra instantánea junto a su padre.
En Birán nació un tiempo nuevo que antes había desembarcado en Playitas, y en la Brigada de la Frontera también se protege la espléndida juventud de Pablo y Julio Antonio.
Cerró la travesía 50 eneros. Y los jóvenes de todas las edades que la integramos nos supimos durante ocho jornadas delirantes en el techo de la Isla.