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«Cuba ha luchado durante medio siglo por defender un sistema político verdaderamente democrático, frente al absurdo que llega a ser patético de un poderoso país que ha pretendido imponerle el modelo político de la “democracia representativa”».
Ricardo Alarcón de Quesada, miembro del Buró Político del Comité Central del Partido y presidente del Parlamento cubano, hizo esta afirmación al intervenir en la inauguración del Seminario Aniversario 50 de la Revolución Cubana, en el Aula Magna de la Universidad de La Habana, organizado por la Oficina del Programa Martiano, y que sesionará hasta el miércoles en el Hotel Nacional, en la capital.
«Hemos resistido un criminal bloqueo económico y agresiones de todo tipo y nos hemos defendido frente al criterio de un supuesto valor de la llamada “democracia representativa” que, como antiguos pensadores han dicho, ni es una cosa, ni la otra».
Reflexionó Alarcón que antes de aparecer ese invento de democracia que sus propios inventores han reducido a una burla macabra, fue sometida a críticas demoledoras, considerándola como falsa, porque en ella solo tienen cabida un montón de ricos y son excluidas las grandes masas de pobres.
El Presidente del Parlamento ofreció una panorámica de las constituciones mambisas —desde la de Guáimaro hasta la de La Yaya— y recordó que cuando el abogado bayamés Carlos Manuel de Céspedes dio la libertad a sus esclavos, no solo les llamó “hombres libres”, sino también “ciudadanos”, aludiendo a la democracia renovadora que se proponía crear.
«Hoy el hombre, en la inmensa globalización neoliberal, pasa a ser un ente sin valor, sobre el que actúan fuerzas ciegas de las que no se puede librar». Y se preguntó: «¿Qué tiene que ver eso con la definición de democracia dada, por ejemplo, por Abraham Lincoln de que “es un gobierno con el pueblo, por el pueblo y para el pueblo?”».
Y concluyó: «Si nuestro socialismo es democrático, si nuestra democracia es directa y participativa —aunque no hemos alcanzado la cima en ello—, si le da al pueblo un papel creciente en la toma de decisiones, es justamente porque está recogiendo nuestra vieja tradición revolucionaria y mambisa».
En la sesión de la tarde, el doctor Armando Hart Dávalos, director de la Oficina del Programa Martiano, presentó la conferencia José Martí y el pensamiento fundacional de la Revolución Cubana, en la que recalcó que el Apóstol tiene qué hacer todavía en nuestras tierras y puso de relieve que «Félix Varela nos enseñó a pensar; José de la Luz y Caballero a conocer; Martí a actuar, y Fidel a vencer».
El doctor Sergio Guerra, profesor de la Universidad de La Habana, disertó sobre lo que llamó Panorama histórico de la Revolución Cubana, mientras que la doctora María del Carmen Ariet, coordinadora científica del Centro de Estudios Che Guevara, habló de la Proyección histórica de la presencia del Che dentro de nuestra Revolución.
