Cuando en la noche del domingo 10 de abril de 1988 nacieron en el hospital ginecobstétrico Clodomira Acosta Ferral, en Ciudad de La Habana, los cubanitos Miguel, Isis de la Caridad, Henry y Naira Celia, constituyeron una inusual noticia. Este jueves cumplieron 20 años e integran el cuarteto de gemelos que ha logrado sobrevivir durante más tiempo en nuestra historia.
Se formaron de cuatro óvulos, de ahí la diferencia de sexos, y se desarrollaron en cuatro placentas distintas. Respiraron el primer oxígeno con 4,9; 3,8; 4,2 y 3,5 libras de peso, respectivamente (casi 16 libras solo en niños, sin contar placentas ni líquido amniótico).
Actualmente las muchachas son amas de casa y los varones cumplen su deber patriótico en el Servicio Militar Activo, en una unidad en la capital cubana.
Vinieron al mundo luego de una exitosa cesárea practicada por un colectivo del citado hospital, a las 37 semanas y cuatro días de embarazo de Isis Pastor Rivero, entonces con 24 años, y Miguel Hernández Ramos.
De «fiñes», Henry era muy intranquilo y no se reía fácilmente, mientras que Miguel demostraba ser el «bueno de la familia». Naira Celia gustaba mucho de halarle el pelo a los otros, e Isis de la Caridad, la más trigueñita y gruñona, se distinguía por ser la más caminadora.
Rumbo al círculo Los Alfareritos, a tres cuadras de la casa, en La Lisa, los cuatrillizos viajaban en un carrito casero de tracción manual, de cuatro ruedas, sin chapa ni circulación, ni necesidad de licencia de conducción, en asientos laterales en los que iban mirando el paisaje, en un perfecto simulacro de tranquilidad, hasta que llegaban y empezaban a alborotarlo todo, en una sublime locura multiplicada por cuatro.
Entre quienes hicieron posible el nacimiento de este cuarteto, figuran los profesores y obstetras Aníbal Dalmau Díaz, Noruega Pérez Giraudy, Ramón Delgado Baró y Naira de Marcos. Estos siguieron muy de cerca el caso desde su ingreso y tuvieron a su cargo el complejo acto quirúrgico que duró 36 minutos a partir de las 7:28 p.m. y la atención inmediata a la madre.
Papel muy importante desempeñaron el anestesiólogo José Antonio Tresor y la técnica Albertina Ortega, mientras la garantía postnatal de la vida de las criaturas estuvo en manos de las neonatólogas Tania Gutiérrez, Hortensia Molina, Norma Pérez e Hilda Iris Rodríguez —uno por niño— y al cuidado de cuatro cariñosas jóvenes enfermeras pediátricas.
También la doctora Tania Gutiérrez Corzo, neonatóloga; la psicóloga Iraselma Álvarez; el clínico Roberto Delgado y otros especialistas, enfermeras y técnicos, participaron en este exitoso hecho médico.
La madre de los muchachitos tuvo a los veinte años un delicado proceso inflamatorio pelviano, atendido en el mencionado hospital. Ello le provocó un cuadro de infertilidad preocupante, no por obstrucción tubárica, como suele ocurrir, sino por un fenómeno ovulatorio patológico tratado cuidadosamente y que generó una superovulación.
A la semana 23, por ultrasonido, se hizo el diagnóstico del embarazo múltiple, y a la 33 se detectó el cuarteto. Isis fue ingresada precozmente, para lograr la mayor edad gestacional de los fetos y garantizarles una adecuada y necesaria madurez, sobre todo cerebral y pulmonar.
De los diez nacimientos de cuatrillizos publicados en Cuba —40 niños— viven hoy 20, uno nacido en 1947, tres en 1975 y 16 de los cuatro conjuntos de cuatrillizos que nacieron en 1988, 1989, 1999 y 2000. La estadística apunta que, sin empleo de drogas contra la infertilidad, nacen criaturas cuádruples cada un millón de partos.