Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Quebrando silencios

Una mujer con pérdida de la audición y el habla expone al público su primera muestra personal como artista de la plástica

Autor:

Lisván Lescaille Durand

  Desde el infinito silencio se expone en la sala del Consejo provincial de artes plásticas. Foto: Jorge Luis Merencio Cautín GUANTÁNAMO.— Los cuadros, marcados profusamente por representaciones de la naturaleza, despejan el camino sin palabras hacia muchas de sus más íntimas emociones.

Un mundo interior fabuloso, donde anidan animales de la campiña cubana, flores, frutas y diversas figuraciones sobre nuestros campos hablan por esta mujer de 37 años, decidida a quebrar sus obligados silencios por la pérdida de la audición desde la niñez.

Milayda Cabrejas Cambara ha dicho, con los trazos de su primera exposición personal Desde el infinito silencio, que no existen discapacidades que puedan acallar el alma de un creador, necesitado del contacto con su público.

Catorce obras, entre las que se cuentan Naturaleza en rosa, Composición en azul, Cesta de frutas con langosta, el Búcaro rojo, Ajíes y tomate, y Transparencia, revelan madurez técnica en cuanto a la relación figura-fondo-color, y la profundidad conceptual de su discurso expresivo.

Razones que convencieron, definitivamente, al artista plástico Daniel Núñez Juárez, su principal promotor, de que había llegado la hora de abrirle las puertas a Milayda al mundo de las artes plásticas.

«Desde el infinito silencio recrea con sus naturalezas muertas un mundo interior, cuyo tratamiento formal nos atrae y envuelve en una atmósfera de color, sutileza conceptual y virtuosismo dentro del primitivismo, lo que la hace representante de este género y una aportadora al nacionalismo ingenuo», apunta Núñez.

La bienvenida a Milayda devino un suceso familiar en tanto catapultó las expectativas de sus padres Fausto Cabrejas y Araceli Cambara, además de su tía Marielena Cabrejas, quienes siguieron, desde muy pequeña, las inclinaciones de la artista, golpeada por la meningoencefalitis en el primer año de vida.

Milayda recorre ahora un camino enriquecedor y reconfortante por las artes visuales, que ya concita la admiración en el entorno cultural guantanamero y, principalmente, entre quienes, como ella, desean expresarse desde el silencio infinito de sus almas.

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