Foto: Roberto Suárez «Saber leer es saber andar» aseguró alguna vez el maestro de todos los cubanos, y de este y otros tantos pensamientos se nutrió después el Comandante en Jefe para conducir la Revolución y llevar adelante diversos proyectos extraordinarios como la fundación, hace 40 años, del Instituto del Libro, importante suceso que fue celebrado este jueves en el Memorial José Martí.
Recordaba ayer Rolando Rodríguez presidente fundador de lo que después se convertiría en el Instituto Cubano del Libro que ya a finales de 1965, Fidel orientaba que se concibieran los textos para poder desarrollar con éxito una revolución educacional, y un año después se estaba replanteando el Sistema del Libro. Así, solamente entre 1967 y 1980 en nuestro país se publicaron más de 15 000 títulos y más de 480 millones de ejemplares.
Por su parte, Roberto Fernández Retamar, Premio Nacional de Literatura, quiso hacer uso de la palabra «como escritor que vivió con inmensa alegría el interés que la dirección de la Revolución, y especialmente Fidel, tuvo por facilitar la creación de entidades dedicadas a publicar no solo obras cubanos, sino del mundo entero.
«Nosotros los escritores no teníamos entonces derecho de autor, sino deberes de autor. Lo primero que teníamos que hacer si deseábamos publicar un libro era pagarlo, desde Nicolás Guillén, Lezama Lima, Alejo Carpentier y Virgilio Piñera, hasta los más jóvenes», comentaba el Presidente de Casa de las Américas.
En la actividad fue reconocida la labor de 44 compañeros con tres décadas al servicio del ICL y que aún permanecen en activo, quienes recibieron diplomas de manos de los miembros del Buró Político Esteban Lazo, Ricardo Alarcón y Abel Prieto, así como Eliades Acosta, jefe del Departamento de Cultura del Comité Central.
En saludo a la efeméride, y en este mismo espacio donde también se encontraba Rolando Alfonso Borges, jefe del Departamento Ideológico del PCC, se dejó inaugurada la exposición fotográfica De lo real maravilloso; imágenes que testimonian estos 40 años de labor de una institución que ha sido esencial en el crecimiento cultural y espiritual de nuestro pueblo.