La obra mural colectiva Arca de la libertad, dedicada al 80 cumpleaños del Comandante en Jefe y al aniversario 50 del desembarco del yate Granma y del encuentro de Fidel y Raúl en Cinco Palmas, fue develada ayer en el patio del edificio de Arte Cubano, del Museo de Bellas Artes, con la presencia del General de Ejército Raúl Castro, segundo secretario del Comité Central del Partido y ministro de las FAR.
La obra, obsequiada al líder de la Revolución y calificada como un acontecimiento cultural por el Premio Nacional de Literatura Miguel Barnet, es fruto del quehacer de 15 renombrados artistas plásticos cubanos liderados por Alexis Leyva Machado (Kcho), quien durante la presentación dijo que era, además, un reconocimiento a todos los jóvenes caídos en el Combate de Alegría de Pío, y destacó la decisión de Fidel de donar la valiosa obra al Museo de Bellas Artes.
«Se trata de un homenaje colectivo a dos grandes momentos de la historia y a Fidel. No podía ser de otra manera, porque la Revolución es una obra colectiva», precisó Kcho.
Barnet destacó que «el Granma no es solo un yate, es un faro, una franja luminosa de la bandera. Visitarlo con los atributos creados por los artistas es otorgarle una nueva dimensión a su prodigioso imaginario».
El Arca de la libertad fue develada en presencia de moncadistas y expedicionarios del Granma, quienes momentos antes tuvieron la posibilidad de apreciar las palmas metálicas ubicadas frente al propio museo y visitaron la sala universal del recinto cultural, donde se exhibe la exposición Un abrazo de Guayasamín para Fidel, inaugurada durante el homenaje organizado por la fundación que lleva el nombre del ilustre pintor ecuatoriano, en ocasión del 80 cumpleaños del Comandante en Jefe.
Junto a Raúl se encontraban presentes los Comandantes de la Revolución Juan Almeida Bosque y Ramiro Valdés Menéndez, los miembros del Buró Político del Partido Carlos Lage Dávila, Abel Prieto Jiménez, y Pedro Ross Leal. Igualmente asistieron el canciller Felipe Pérez Roque, y el Premio Nóbel de Literatura Gabriel García Márquez.
Evocan reencuentro de Fidel y Raúl en la Sierra MaestraMEDIA LUNA, Granma.— En medio de las lomas de la Sierra Maestra los Comandantes de la Revolución Juan Almeida, Ramiro Valdés y Guillermo García recordaron emocionados, junto a unos 4 000 granmenses, el reencuentro de Fidel y Raúl en Cinco Palmas el 18 de diciembre de 1956.
La rememoración tuvo lugar en los predios de la antigua finca El Salvador —perteneciente entonces al campesino Mongo Pérez— y a escasos metros del cañaveral donde Fidel, al comprobar que se habían reagrupado ocho hombres con siete fusiles, expresó: «¡Ahora sí ganamos la guerra!».
Lázaro Expósito Canto, primer secretario del Partido en Granma, subrayó que aquella frase, pronunciada tras la derrota y dispersión de Alegría de Pío, expresaba convicción en el triunfo y la confianza del Comandante en Jefe en el pueblo de Cuba y especialmente en los campesinos, sin quienes hubiera sido imposible ganar la guerra.
Evocó el papel de Celia Sánchez, hija de Media Luna, y de Guillermo García como dos de los pilares que ayudaron a los integrantes de la expedición del yate Granma, dispersos en numerosos grupos tras el descalabro del 5 de diciembre de 1956 en Alegría de Pío.
El dirigente sentenció que un hombre solo no puede hacer una Revolución, ni siquiera la pueden hacer cientos de hombres, aunque un hombre solo sí puede batallar hasta la muerte contra un enemigo superior y sembrar ideas en miles de sus semejantes, sobre todo si son ideas nobles y justas.
Acotó que el simbolismo de Cinco Palmas va más allá del reinicio de la lucha, pues el 18 de diciembre de 1986 Fidel y Raúl volvieron a este sitio, pero en esa ocasión hubo un ejército de pioneros, canciones y poemas en lugar de emboscadas y persecuciones.
Entre los asistentes se encontraban el general de cuerpo de ejército Ramón Espinosa, jefe del Ejército Oriental, y 50 trabajadores sociales destacados de Granma que reeditaron la travesía desde Alegría de Pío hasta Cinco Palmas.