Elennis y Lenia, como muchos de sus compañeros de la Universidad de Ciencias Médicas de Camagüey, están incorporadas este verano a la atención primaria. Foto: Noel Martín Cazola CAMAGÜEY.— La instantánea tomó por sorpresa a las muchachas en plena faena. Después de atender a un paciente, decidieron contarnos las experiencias de casi 15 días de constante trabajo en la clínica estomatológica del policlínico docente Ignacio Agramonte, ubicado en el reparto Garrido de esta ciudad.
Estudiantes de cuarto año de Estomatología, Elennis Cuenca y Lenia Casas tienen mucho que ver con un verano productivo, diferente y provechoso.
Ambas decidieron incorporarse a las Brigadas Estudiantiles de Trabajo (BET), que esta vez han tenido como objetivo la vinculación directa a la atención primaria de alumnos de la Universidad de Ciencias Médicas de este territorio.
La iniciativa ya recoge sus primeros frutos. Así lo aseguran las entrevistadas: «Nos hace sentir diferentes, porque no solo estás en lo que te gusta, sino porque te vas ganando la confianza del personal, además de que aprendes de cada caso y sales con tremendos deseos de graduarte», manifiesta Lenia.
Para sus compañeros del policlínico, la presencia de Elennis y Lenia en las consultas se les asemeja a un equipo a cuatro manos: «Cada una atiende más de 15 pacientes diariamente en estos días de verano, cuando una parte del personal sale de vacaciones», aseguró la técnica Yuneixy Ramos, quien comparte sus ocho horas con las estudiantes.
MIRADA POR DENTROEl reto ha sido grande, porque no todo es color de rosa. Hay pacientes que, por sus caras jóvenes, dudan de su capacidad y conocimiento, y exigen para atenderse al mejor especialista.
Recuerda Elennis cómo tuvo que superar la exigencia de una paciente, porque no quería atenderse con ella.
«Apelé al convencimiento, al diálogo y a mis conocimientos, y además conté con el apoyo de mis compañeros, que lograron que aquella señora no dudara de mi capacidad por ser joven», relató.
Esta ha sido la mayor barrera para las muchachas, quienes en medio del diálogo se disculpan y atienden un nuevo caso, el cual valoran junto a los especialistas.
Así de agitada transcurre cada jornada de las BET para ambas, como en esta, cuando las encontramos por el llanto de un niño que se iba calmando con sus palabras pausadas.
Algo inusual que nos narra Lenia fue la consulta de su primer día en las BET: «Tuve que atender a una embarazada que le tenía pánico al instrumental. No fue fácil que venciera el miedo, así que primero conversamos, nos hicimos amigas y después no quiso que nadie más la atendiera.
«Lo más importante es que en esta experiencia se aprende en la práctica, con la atención directa al paciente. Creo que estos 15 días han sido muy provechosos, y no solo por lo que ayudas y aportas, sino por lo que aprendes».