La tecla del duende
La esperanza vive en los tecleros; por los tecleros. Que lo digan Margot y los entusiastas de Matanzas, festejando la vida cerca del río San Juan. La emoción de Dulce, recibiendo con entusiasmo de niña las publicaciones de obsequio; Rita, previendo hasta el último detalle. Angelito, periodista de TV Yumurí, junto a un camarógrafo anónimo para este relato, pero entrañable para todo el grupo, guardaron detalles del encuentro. Se extrañó a Benita y a Juan, nos encontraremos en septiembre. Margot alista los detalles desde ahora y ojalá se sumen Lily, Idadenia, Randy, Osmel, Anelys… que ocurrentes no nos faltan allí.
La tropa que lidera Cary en Holguín continuó enamorando a sus seguidores en el homenaje a los padres. Maceo y Che fueron exaltados en voces de los participantes. Camino al aniversario 20 del foro, hubo poesía y música, esta última a cargo de Improntu. Mercy Miranda, fundadora de la tertulia nororiental en julio de 2005, tuvo a su cargo el aseguramiento logístico con un equipo de optimistas.
En Las Tunas, el recuerdo emocionado al Cañón centró el encuentro, que agasajó a los padres y a los cumpleañeros de una fecha muy especial. El Centro Cultural Huellas recibió nuevamente la alianza entre los tecleros y el proyecto Los pasos en la hierba, de la Fundación Nicolás Guillén.
Y el domingo 29 de junio, las ocurrentes espirituanas (y Rolo) estarán festejando desde las nueve de la mañana el aniversario 19 de la tertulia en el Yayabo. Estará presente la periodista Mileyda Menéndez Dávila, en fecha donde se rendirá homenaje a los padres y en la que se coordinarán detalles para la visita del grupo a Guaracabulla.
Un enorme tigre cazaba en los bosques de China. El poderoso animal atacó a un pequeño zorro, el cual ante el peligro recurrió a la astucia. Así, el zorro le increpó y le indicó que no podía hacerle daño, puesto que él era el rey de los animales, por designio del emperador del cielo.
Le indicó que si no le creía le acompañara: así vería como todos los animales huían atemorizados al verle llegar. El tigre así lo hizo, observando cómo a su paso los animales escapaban. Pero esto no era debido a que confirmaran las palabras del zorro: huían de la presencia del felino.
Esta fábula, de origen chino, nos enseña que la astucia es más útil que el mero poderío físico o la fuerza.