La tecla del duende
El año de la buena vista, dicen unos. De las metas cumplidas, dicen otros. Rafael Velasco Aguilera, desde Holguín, nos envía siete palabras para comenzar el 2020…
Muévete: Mueve tu casa, tu cama, tu cuerpo. Camina, sal de la rutina del trabajo, las relaciones y los patrones de vida. Cambia tu perspectiva. Acércate a aquellas personas con las que puedas ser auténtico y nutran tus sueños más locos. No necesitas mover montañas, trasladar una pequeña piedra puede hacer maravillas.
Toca: Toca las partes que amas de tu cuerpo. Regala abrazos en la panadería, en el parque, en las puertas de la ciudad. Besa a la gente en la mejilla. Acaricia a tu mascota un poco más. Saborea la sensación de un pañuelo de seda, de una pieza de madera, de diferentes texturas. Mientras más lo hagas, te sentirás más a gusto con el placer de tocar.
Escucha: Siéntate en silencio y observa cuánto hay para ser escuchado. Escucha a la gente, lo que realmente está diciendo. Escucha hasta la última nota de cada canción. Tu voz interna. Oye el susurro de las hojas, el llamado de las ranas, el crujido de la madera ardiendo en tu chimenea. Escucha con tu corazón; escucha lo que no es hablado.
Siente: El dolor, experimenta el gozo, hasta que sientas que vas a evaporarte. Permítete reír hasta que te duela, siente el amor desde lo más profundo de tu corazón. Ríndete a la sensualidad de la vida. Enójate y expresa tu furia, si es el caso; hazlo a solas. Si no sientes, no estás vivo.
Confía: Sabes lo que necesitas saber. Detén tus dudas. Aquella cosquilla interna es tu más alta verdad y ella te servirá del mejor modo. Te arrepientes cuando desconoces o niegas tu intuición. Solo tú sabes lo que es mejor para ti. Si consumes todo tu día pintando, es lo que debes hacer. Si te encanta caminar al lado del océano, llega hasta allí.
Reúnete: Con las personas que amas. Toma el té acompañado, camina en compañía por el bosque, conversa y habla, lee en voz alta para otros. Celebra que tu cabello, tu piel y tus historias son diferentes a las de los otros y a su vez son completamente parecidas. Cocina y come en compañía.
Recibe: Deja de dar y dar a todos menos a ti mismo. Acepta los cumplidos con gracia. La voz que necesitas oír, el abrazo, ese momento para conversar, siempre serán suministrados. Ábrete a recibir, abre tus manos para que sean llenadas con abundancia. Recibe todas las cosas buenas que mereces y recuerda mostrar gratitud por tu vida.