La tecla del duende
La perseverancia, esa virtud de los constantes, será la que nos reúna este domingo en Guaracabulla (Placetas, Villa Clara), centro de Cuba y capital teclera. A las 11:00 a.m. nos vemos en La Ceiba y de ahí a la tertulia gigante. No faltes.
Millones de disculpas (sin ser hiperbólico) a los ocurrentes santaclareños por el retraso de su reporte. Resulta que por allá hubo festejo a los papás, visita a la teclera Zoila (Soy la risa) y unión con la peña La casa por la ventana, programa de la emisora provincial CMHW. Del encuentro son estas reflexiones que nos remite Annay. Sintetizo y comparto:
Parece que los padres estamos fallando en el proceso de separación, individualidad y ayuda a los hijos a crear su propia independencia. (...) Confundimos lo que es el amor y nos dedicamos a hacer felices a nuestros hijos, a cumplirles sus caprichos, a resolverles la vida y no pensamos en prepararlos para una vida dura. Así que ellos probablemente nunca aprenderán a ganarse la existencia y a ser autosuficientes. A eso se le llama hacerlos dependientes e inútiles. (...) Si miramos un poco hacia atrás (...), todo era muy diferente. No tenías teléfono celular, no tenías computadora… y estudiábamos igual. Te conformabas con la ropa que te podían comprar y no por eso te sentías diferente ni descalificado por no usar la marca X o Z. Si te llamaban la atención, te negaban un permiso o te daban un coscorrón, de ninguna manera le faltabas al respeto a tu papá, ni mucho menos lo amenazabas. Si te ibas a una fiesta te comprometías a regresar a una hora determinada, que tenías que cumplir te gustara o no, de lo contrario no había permiso para la siguiente. Y eso no era motivo para emitir gritos, zapatazos y tirones de puerta. En ese tiempo existía un valor muy importante que nos enseñaron desde pequeños, se llamaba: Respeto. (...) Hoy en día, algunos padres no ayudan a la tarea, sino que la hacen completa, y habiendo tanto libro e información a la mano, además te la buscan; lo único que les falta es ir a presentar el examen en el salón de clase.
Enseña a tus hijos a valorar la oportunidad del estudio, no todas las personas tienen el privilegio de prepararse, tener una profesión y formar un plan de vida equilibrado. Enséñales a respetar a sus semejantes para que cuando tengan su pareja la sepan cultivar... Enséñales a formar su escala de valores, que los hará seres humanos de bien, útiles a su familia y a la sociedad... Hazles conciencia de que los valores no han pasado de moda, ni son piezas de museo. (...)¡Despierta, papá!...
El sueño es un arte poético involuntario. Immanuel Kant