La tecla del duende
Intensa la tertulia por la primera década de encuentros ocurrentes. Emociones recargadas para muchos años más. Ya les contaremos en fotorreportaje amplio. Ese día, Mario Darias y Ana Irma Ruz (dúo Darias), además de regalarnos su arte, nos recordaron a una figura imprescindible de la poesía puertorriqueña: Julia de Burgos. De esta borinqueña son los versos que siguen.
El mar y tú
La carrera del mar sobre mi puerta/ es sensación azul entre mis dedos,/ y tu salto impetuoso por mi espíritu/ es no menos azul, me nace eterno.
Todo el color de aurora despertada/ el mar y tú lo nadan a mi encuentro,/ y en locura de amarme hasta el naufragio/ van rompiendo los puertos y los remos.
¡Si tuviera yo un barco de gaviotas,/ para solo un instante detenerlos,/ y gritarle mi voz a que se batan/ en un sencillo duelo de misterio!
Que uno en el otro encuentren su voz propia,/ que entrelacen sus sueños en el viento,/ que se ciñan estrellas en los ojos/ para que den, unidos, sus destellos.
Que sea un duelo de música en el aire/ las magnolias abiertas de sus besos,/ que las olas se vistan de pasiones/ y la pasión se vista de veleros.
Todo el color de aurora despertada/ el mar y tú lo estiren en un sueño/ que se lleve mi barco de gaviotas/ y me deje en el agua de dos cielos.
Canción desnuda
Despierta de caricias,/ aún siento por mi cuerpo corriéndome tu abrazo./ Estremecido y tenue sigo andando en tu imagen./ ¡Fue tan hondo de instintos mi sencillo reclamo!...
¡De mí se huyeron horas de voluntad robusta,/ y humilde de razones, mi sensación dejaron./ Yo no supe de edades ni reflexiones yertas./ ¡Yo fui la Vida, amado!/ La vida que pasaba por el canto del ave/ y la arteria del árbol.
Otras notas más suaves pude haber descorrido,/ pero mi anhelo fértil no conocía de atajos:/ me agarré a la hora loca,/ y mis hojas silvestres sobre ti se doblaron.
Me solté a la pureza de un amor sin ropajes/ que cargaba mi vida de lo irreal a lo humano,/ y hube de verme toda en un grito de lágrimas,/ ¡en recuerdo de pájaros!
Yo no supe guardarme de invencibles corrientes/ ¡Yo fui la Vida, amado!/ La vida que en ti mismo descarriaba su rumbo/ para darse a mis brazos.
Los duendes holguineros, tropa invencible, se reunirán este sábado, a las 10:00 a.m., en la Casa de la Prensa. Allí conversarán sobre los amores rebeldes.
Grafitti
Goyen: Eres como mi fosforescencia, porque brillas para mí cuando todo se me ha oscurecido. Te amaré x 100pre... Tu Lido
Bebesito: Me disfrazaron de esperanza para ser lo último que pierdas. Tu flaca