La tecla del duende
Mi colega Maribel Acosta envió este texto. Su lectura evoca un tanto al payador argentino Facundo Cabral. Sintetizo.
La vida es comparable con un viaje en tren, comparación interesante porque nuestra vida está llena de embarques y desembarques, de accidentes, de sorpresas agradables, con subidas y bajadas tristes.
Cuando nacemos, subimos y encontramos seres queridos: nuestros padres. Lamentablemente, ellos, en alguna estación, bajarán definitivamente.
Pese a esto debemos continuar; conoceremos a otras personas. Durante la travesía, subirán hermanos, amigos y amores. Muchos solo realizarán un corto paseo, otros estarán siempre a nuestro lado compartiendo alegrías y tristezas. En el tren también viajarán personas que andarán de vagón en vagón para ayudar a quien lo necesite.
Muchos se bajarán y dejarán recuerdos imborrables. Otros viajarán sin que nadie perciba que están allí sentados.
Algunos pasajeros queridos, prefieren sentarse lejos, en otros vagones. Eso nos obliga a viajar separados, aunque no impedirá que, con alguna dificultad, nos acerquemos. Lo difícil es aceptar que a pesar de estar cerca no podremos sentarnos juntos, pues otras personas los acompañan.
Este viaje es así, lleno de atropellos, sueños, fantasías, esperas, llegadas y partidas. Este tren solo realiza un viaje: el de ida. Viajemos lo mejor posible, intentando una buena relación con sus pasajeros, pues en algún momento del viaje, alguien puede perder sus fuerzas y deberemos entenderlo, como alguien nos entenderá y ayudará cuando nos ocurra lo mismo.
El gran misterio es no saber en cuál estación nos toca descender. Cuando tenga que bajarme del tren, ¿sentiré añoranzas? La respuesta es sí; dejar a mis hijos viajando solos será muy triste. Separarme de los amores de mi vida, será doloroso. Tengo la esperanza de que en algún momento nos encontraremos en la estación principal, y tendré la emoción de verlos llegar con mucha más experiencia de la que tenían al iniciar el viaje.
Ahora, el tren disminuye la velocidad para que suban y bajen personas. Mi emoción aumenta a medida que el tren va parando. ¿Quién subirá? ¿quién será? Me gustaría que usted pensase que desembarcar del tren no es solo una representación de la muerte o el término de una historia que dos personas construyeron y que, por motivos íntimos, dejaron desmoronar.
Estoy feliz de ver cómo ciertas personas tienen la capacidad de reconstruir para volver a empezar, eso es señal de lucha, y saber vivir es poder obtener lo mejor de todos los pasajeros. A pesar de que nuestros asientos no están juntos, con seguridad viajo en el vagón de ustedes.
Regalo de juevesMuchas personas se pierden las pequeñas alegrías mientras aguardan la gran felicidad. (Pearl S. Buck)
(Publicado originalmente el 15 de mayo de 2003)
El sábado 8 se reúnen los ocurrentes capitalinos. Recordarán El primer día de clases. El 9 se encontrarán los tecleros villaclareños. ¿El tema? Lo esencial es invisible a los ojos. Como solo puede verse con el corazón harán su tertulia con los ojos vendados... Y del 14 al 16 de septiembre, en Santiago, se hermanarán las tertulias de Villa Clara, Sancti Spíritus y Santiago de Cuba.