Los que soñamos por la oreja
Sobre la esfera de tu vida el panorama/ puedes ver/ sobre esta puerta y estas ganas de correr/ desactivados y perdidos/ como presas de un poder/ dimensionalmente/ distintos por ahí./ ¿Dónde estás?/ Yo recuerdo que a finales del setenta/ no me dirías lo que hoy/ tal vez/
pintamos el mundo de un nuevo color/ y sin querer nos dimos cuenta de que no.
Lo anterior es un fragmento del texto de una composición de Santiago Feliú, que intenta captar en breves líneas la esencia de lo vivido por la generación nacida en los 60 e insertada en el entramado social de Cuba con un nuevo pensamiento sociocultural, visible en el país a partir del decenio de los 80.
En materia musical, a contrapelo de lo que por lo general suele esperarse de los músicos provenientes de este pedazo del mundo, durante las pasadas casi tres décadas, en la Isla ha ido tomando cuerpo una corriente ideoestética, que en el 2005 fuera noticia en diversos puntos geográficos a partir de los disímiles comentarios suscitados por la película Habana Blues, visión fílmica ficcionada de determinada escena habanera, realizada por el cineasta español Benito Zambrano, y el triunfo comercial de su banda sonora.
Justo acerca de dicha corriente ideoestética es que trata mi libro CONcierto Cubano: La vida es un divino guion y que en fecha reciente fuese protagonista de una nueva edición. Aprovecho hoy mi columna de JR para promocionar ese librito mío, resultado de mi tesis doctoral en el ISA y que ha tenido la suerte de salir publicado en varias ediciones, una electrónica a cargo del Ministerio de Educación Superior, dos en España por Linkgua Ediciones S.L., la reciente de Unión y otro par que se prepara en la actualidad fuera de Cuba, en inglés y francés.
Cuando firmé el contrato con Unión me enteré de que ahora las acciones promocionales no van por la casa editorial sino que le corresponden al propio autor. Así pues, honro la letra impresa y debidamente firmada y por tanto, me autopromuevo, aunque pienso en aquellos que no disponen de la posibilidad de contar con un espacio como el que tengo yo.
Lo cierto es que en el aludido libro, empleo una perspectiva que apela a una mirada interdisciplinaria, en la que se usan elementos aportados por la sociología, la antropología, la filosofía, la historia (en particular la de las mentalidades), el periodismo, y los estudios literarios y generacionales, a fin de plasmar una investigación alrededor de algunas de las poéticas predominantes entre las recientes generaciones de músicos cubanos, en vinculación con la evolución del pensamiento sociocultural en los artistas e intelectuales del país, que han salido a la palestra pública desde mediados de los 80 hacia acá.
La indagación a propósito del fenómeno que he dado en llamar Música Cubana Alternativa, no se circunscribe al plano sonoro, sino que se abre a otras consideraciones que resultan fundamentales para facilitar su análisis y una correcta interpretación del tema en sus diversas y complejas aristas. Sí debe quedar bien definido que se trata de un nombre abstracto para designar un fenómeno que ha venido ocurriendo en Cuba desde mediados del decenio de los 80 en cuanto al surgimiento de expresiones no convencionales de lo cultural y que nacen desde los límites de las estructuras institucionales llamadas a legitimar lo nuevo que surge.
En una reseña escrita por Rachel S. Diez acerca del trabajo que aquí promuevo, se expresa: «Las vertientes de la nueva trova, el rock, el hip hop, el reggae… y las acertadas combinaciones de géneros y estilos menos comercializados y difundidos en los espacios artísticos y medios de comunicación, encuentran en este libro una reconstrucción del panorama musical cubano desde los 80 hasta nuestros días, al tiempo que pone a dialogar los ritmos contemporáneos con sus antecedentes nacionales o foráneos y con la recepción pública e institucional».
Como que la historia es una enseñanza de mediano aprovechamiento, pero siempre aleccionadora, en especial cuando no pretendemos convertirla en interpretación definitiva (justo en su tremenda contradicción subyace el encanto de la búsqueda), invito a adentrarse en las páginas de CONcierto Cubano: La vida es un divino guion, en las que mi máxima aspiración es motivar a otros investigadores a realizar trabajos que prosigan el análisis aquí esbozado. De conseguirlo, ello sería el mayor premio al esfuerzo que para mí ha implicado llevar a feliz término el libro que pongo en manos de los interesados, cuya razón de ser es la visibilización de la alteridad como ganancia cultural y principio transformador.