Los que soñamos por la oreja
En los 28 años que pronto cumplirá esta columna en Juventud Rebelde, jamás había tenido la oportunidad de reseñar un fonograma justo el día de su presentación a nivel mundial. En la actualidad, hacer algo así es factible gracias al desarrollo de las llamadas nuevas tecnologías de la informática y las comunicaciones (TICs), que no solo han brindado otras posibilidades nunca antes pensadas de grabar, escuchar y producir música, sino también de distribuir y comercializar. Es por ello que hoy puedo comentar en estas páginas la edición de lo que constituye la ópera prima del cantautor José Luis Medina, el álbum titulado Me traen de los mares.
Al Médico o La Liebre, como indistintamente suelen nombrarlo sus amistades, lo conocí en los ya lejanos tiempos de la peña que a fines de 1980 se llevaba a cabo en la planta alta del museo ubicado en la esquina de 13 y 8, en el Vedado. Ya antes había tenido noticias suyas, pues Ernesto Fundora, el hoy afamado director de audiovisuales, me había hablado de Medina en la época en que ambos formaban parte de una suerte de brigada cultural armada en Alamar, denominada El Quijote.
La historia posterior de José Luis, como integrante primero de lo que se denominó Habana Oculta y luego se renombró Habana Abierta, resulta harto conocida. Si bien él es uno de los que todavía se mantiene como miembro de dicha agrupación, por fin ha conseguido registrar un fonograma como figura frontal y que demuestra, aunque sea de manera parcial, sus diversas aristas como cantautor. Sucede que en los discos de Habana Abierta, por una u otra razón, Medina no es de los que más temas ha aportado. Empero, quienes hemos seguido su obra creativa desde la segunda mitad del decenio de los 80 de la anterior centuria, sabemos que él es un compositor notable, no únicamente de temas «marchosos» o de carácter lúdrico —sin lugar a dudas los que de su autoría más se han difundido—, sino también de muy hermosas piezas intimistas, de remarcado lirismo, y que para mi gusto están entre lo mejor de su obra y de la canción cubana contemporánea.
Lo antes afirmado puede comprobarse al escuchar un tan grato fonograma como Me traen de los mares, trabajo que ha contado con el apoyo decisivo de Athanai Castro, quien además de poner su estudio personal en función del disco, ejecutar guitarra acústica, eléctrica, bajo y piano, está encargado de la producción musical, grabación y mezcla. Por su parte, la importante tarea de masterización recayó en Jesús Arispont, en los Masterispont Estudios, ubicados en Madrid.
Contentivo de diez cortes, el álbum que José Luis Medina hoy se coloca en el mercado como una producción independiente y disponible en más de cien plataformas digitales (servicios y tiendas online), entre ellas Itunes, Apple Music, Amazon, Spotify, Pandora, Movistar…, sobresale por el equilibrio alcanzado entre temas «cañeros» o «marchosos» y aquellos en los que la canción como tal es la protagonista, siempre dentro de una sonoridad signada por los aires del rock y el pop, característica que ha acompañado a este creador desde sus comienzos. Un segundo aspecto que me parece acertado es el balance establecido entre los sonidos programados y los ejecutados directo en el estudio por instrumentistas, así como lo bien ubicado del plano en el que se coloca la voz del solista, en todo lo cual el trabajo de Athanai como productor es definitorio.
Por orden de aparición se incluyen en el fonograma los temas Me lo fumo to, No llores, Para abrazarte, Ángel de paciencia (única pieza compuesta no solo por Medina, sino en coautoría con Vanito Brown), Fuerza y calma, La mafia, Tú te pones fula (por su fuerza y enganche, pienso que debería ser el single de la producción), Quien tú sabes (que yo no hubiese incluido, pues, aunque con otra versión, ya aparece en el compilatorio Habana Oculta y al Médico le sobra material como para tener que repetirse), Todo para amarte (para mí, lo mejor entre los cortes líricos) y Me traen de los mares.
Con diseño gráfico a cargo de Osué Rodríguez; fotografía de Liben Céspedes, Liliam Domínguez y Alfonso Esteban, y la intervención de colaboradores como el baterista Kiki Ferrer, el bajista Yadam González, Gladys Silot en el violín, los guitarristas Tato James Monrabal y Dayán Abad, la actriz Ileana Wilson en la intro del tema 7, así como en coros y voces Alan Grey, Zoe Delgado, las hermanas Habana y Lucila Castro, no queda menos que alegrarse de que por fin José Luis Medina tenga su tan merecido disco propio y que de algún modo, se me antoja como un homenaje o celebración por los 20 años que en 2016 cumple Habana Abierta.