Los que soñamos por la oreja
Grupo Desandán Cualquier analista del panorama musical cubano concordará conmigo en el hecho de que una de las manifestaciones sonoras que en nuestro contexto más se afectó como consecuencia del período especial, fue la música de concierto. No es mi objetivo hablar de los problemas que nos afectaron en esos años recientes y que abarcaron desde la programación hasta la formación del personal, sino resaltar que afortunadamente todo apunta a que ya hemos salido de dicha etapa y lo que todavía es más importante, los planes para el desarrollo entre nosotros de semejantes expresiones están concebidos a corto, mediano y largo plazos, como sucede, por ejemplo, con el universo sinfónico nacional, con proyectos diseñados para todo el país.
Entre los acontecimientos que en las últimas semanas ejemplifican la recuperación a la que hago referencia, destaca la celebración en la capital cubana a inicios del pasado abril del V Festival internacional América Cantat. Dicho evento, una auténtica fiesta para quienes amamos el canto coral, no se limitó únicamente a la celebración de conciertos corales y sinfónicos en varias salas del Centro Histórico de la Ciudad de La Habana y en los teatros Amadeo Roldán y Carlos Marx, algo que por sí solo habría sido elogiable, sino que desarrolló talleres colaterales, los cuales fueron momentos de intercambio técnico y de improvisación.
Así, para tener una muestra de lo útil de esos intercambios, hay que indicar que incluso los más pequeños también pudieron demostrar su talento mediante el taller de coros infantiles y escolares, el cual unió en una de las salas del Palacio de Convenciones a niños de Cuba y Venezuela bajo la batuta de los músicos argentinos Dante Abreu y Laura González. Igualmente, la música contemporánea norteamericana, la folclórica de Sudamérica y la música para coros femeninos, se abordaron en otros de los 14 equipos de trabajo en los que se agruparon muchas de las formaciones participantes en el evento, que dejó una muy positiva huella tanto en los protagonistas del América Cantat como en los que asistimos en la condición de simples espectadores y amantes de una de las manifestaciones musicales que en uno u otro instante de nuestras vidas todos deberíamos practicar.
Creo que uno de los rasgos importantes para el replanteamiento que se ha hecho en el país de la música de concierto es que el mismo abarca a cada una de las provincias que conforman el territorio nacional. En dicho sentido, en el propio mes de abril, Ciego de Ávila fue sede de una jornada dedicada a la manifestación de la que hoy realizo algunos comentarios. Entre los participantes en el encuentro avileño estuvieron, entre otros, el grupo Nexus, procedente de Ciudad de La Habana, y la orquesta de guitarras de la provincia de Holguín, a quienes se añadieron por la parte de los anfitriones, la pianista concertista Yanet Pérez Diago, el dúo Entre cuerdas, los tríos Dacapo y Arona, los quintetos Assai y de Saxofones y una agrupación integrada por egresados de la Escuela Nacional de Arte.
Otra provincia que celebró un festín por el estilo resultó Holguín, donde el Centro Faustino Oramas organizó hace pocas semanas la 18va. Jornada Nacional de Música de Concierto. Allí brindaron su arte la familia López-Gavilán Junco, la orquesta de cámara Música Eterna, el quinteto de viento Tersonoro de la provincia de Camagüey, los también camagüeyanos del grupo Desandán, los pianistas Leonardo Gell y Frank Fernández, así como el Cuarteto de Saxofones de Santiago de Cuba y el quinteto Habana Sax. Por los holguineros estuvieron el cuarteto de cuerdas Pizzicatto y la Orquesta Sinfónica de la Ciudad de los Parques.
Vale resaltar que este evento trascendió la programación de conciertos y de tal suerte se realizaron clases magistrales de piano y guitarra impartidas por Teresita Junco y Aldo Rodríguez, un conversatorio a propósito del mercado y la difusión de la música de concierto a cargo de Guido López-Gavilán, la presentación del libro Pensamiento Musicológico, de Olavo Alén, y charlas sobre Ignacio Cervantes, Edelmira de Zayas e Isaac Nicola. Así pues, todo apunta a que soplan aires frescos para la música de concierto en Cuba.