Las tres del domingo
LA señora, probablemente sin sus espejuelos puestos, llamó a Rescate de Animales de Londres en cuanto vio a un lagarto moribundo en su patio. «No responde y está curvado», dijo al oficial, quien no dudó en salir lo más rápido posible, pero al llegar y ver bien de cerca comprendió la equivocación: el pobre animalito no era más que un muñeco de un elefante medio masticado por un perro. Y aunque la responsable ciudadana casi muere de vergüenza, el rescatador no lo tomó muy en serio, pues poco tiempo atrás había atendido otro lagarto —esa vez en la cama de un anciano— que resultó ser un calcetín sucio.
En Texas, la familia Haggard decidió comprar una antigua casa construida en 1861 por sus ancestros. Sin embargo, no estaban dispuestos a trasladarse hasta donde esta se ubicaba, así que adoptaron una idea mejor: mudar la morada de locación. Por lo que, por una vez fue la vivienda y no las pertenencias lo que transportó el camión de mudanza a través de la carretera, no sin tropiezos, ya que incluso quedó varada la centenaria casa en medio de la vía por un buen rato.
Cuando Ernie Adams pudo construir un Chevrolet de 1928 con el acero de nueve refrigeradores y su inventiva, supo que había encontrado su verdadera pasión. El ahora casi octogenario mecánico de Arizona ha hecho con los años más de seis autos, todos capaces de hacer lo que el modelo original, lo único que a una escala más pequeña y su garaje se ha convertido en un museo de coches enanos a escala. Su preferido, aquel primero de color azul, es apodado como Abuelo Enano.