Las tres del domingo
No todas las competiciones son para atletas; los que apenas corren y prefieren no comer sano pueden optar por participar en la Maratón de los 0,5 kilómetros. El evento, que tendrá lugar el 5 de mayo en el texano pueblo de Boerne tiene ya los registros llenos, y es que las condiciones parecen increíbles: solo corren 500 metros, al inicio hay cerveza gratis para todos y aquellos que llegan a la mitad del trayecto —un tramito más delante de la línea de arrancada— pueden parar para comer rosquillas y tomar café. Por supuesto, a todos lo que terminen se les dará una «elegante» calcomanía para la ventana de su auto, así podrán especular de que ellos también corrieron una maratón.
Sharon Turner, una residente de Tennessee, está acostumbrada a ver animales singulares en su patio, incluso a encontrar algún que otro oso negro cerca de su propiedad, pero cuando el martes pasado miró por su ventana no pudo más que asombrarse pues cinco de estos mamíferos caminaban por su pasto. Los ositos, aún cachorros, buscaron madera por los alrededores y descasaron allí unos diez minutos antes de regresar al bosque, lo cual fue tiempo más que suficiente para que Sharon grabara el momento y conseguir algunos «me gusta» por internet.
Muy famosa es la clásica puntualidad inglesa, todo debe ser a su hora. Por ello, tal vez, es que lord Michael Bates, secretario de Desarrollo Internacional del Reino Unido, presentó su renuncia al Parlamento británico por llegar cinco minutos tardes a la sesión. Su demora impidió que respondiera la pregunta de una diputada, a quien le pidió la más dramática disculpa, le dijo estar «absolutamente avergonzado» y a continuación anunció su abdicación. Después de terminar la intervención, el Secretario colocó los papeles que traía debajo del brazo y abandonó la tribuna ante la mirada atónita de los lores. Por supuesto, la Primera Ministra británica no aceptó su dimisión y la consideró innecesaria, pero no se puede dejar de notar que Bates es un «auténtico caballero inglés»… aunque quizá solo tomaba el té, porque la audición parlamentaria era justo a la tres de la tarde.