Inter-nos
EL doctor Larry James, coronel retirado, ha dicho que acaba de ser elegido para una Fuerza de Tarea de la Casa Blanca que lleva como designación Incrementando el bienestar psicológico de la familia militar.
Evidentemente excitado con el nombramiento hecho por Michelle Obama, «con gran orgullo y placer» lo dio a conocer a sus colegas en un correo electrónico, y les anunció su reunión inicial «con la Primera Dama y otros miembros de su personal», por lo que se «sentía honrado y privilegiado» de representar a la comunidad de la Escuela de Psicólogos Profesionales en esta empresa. Terminaba asegurándoles que los mantendría informados.
¿Qué hay de particular en este hecho? Para responder debemos remitirnos a una de las promesas rotas por Barack Obama de acuerdo con sus promesas durante la campaña electoral: No cerró el centro de detención de la Base Naval de Guantánamo, uno de los más aberrantes y antihumanos engendros creados en la época de George W. Bush, el hijo. A partir de ahí, cualquier cosa podía suceder…
El Dr. Larry James fue el psicólogo jefe en Guantánamo de los Equipos de Consulta Científica del Comportamiento o BSCT, que aconsejaron sobre los interrogatorios en 2003, cuando torturas y abusos eran institucionalizados en el campamento. En 2004 ocupó igual cargo en la prisión de Abu Ghraib, donde se abrió la caja de Pandora.
Esas celdas y cuartos de interrogatorios han sido testigos de las violaciones y las muertes, de los asaltos sexuales y culturales, de las humillaciones religiosas, de los procedimientos torturadores como mantener desnudos forzosamente a los prisioneros, en posiciones estresantes, dolorosas o agotadoras, en confinamiento solitario, situaciones ambientales de ruidos extremos, privados del sueño, sometidos a asaltos físicos, simulaciones o ejecución de ataques con perros, sistemáticas prácticas de asfixia y otras experiencias abusivas con los prisioneros.
El doctor James no solo permitió esa conducta y estuvo en el vórtice de ese escándalo, prácticamente ocultado por el tiempo, y por el que no ha rendido cuentas; también tuvo participación activa en incidentes notorios como el descrito por dos profesores de Leyes en Harvard, Bill Quigley y Deborah Popowski, y que fueron publicados por Salon.com.
En 2003 el psicólogo presenció detrás de una ventana-espejo en el campo de prisión estadounidense cómo un interrogador y tres guardias de prisión luchaban y gritaban cerca de un detenido desnudo en el suelo, luego lo forzaron a usar ropa interior de mujer, pintura labial y una peluca. Afirman que el doctor Larry James simplemente «abrió su termo, se tomó una taza de café, y observó el episodio (…) y no quiso interferir»; tampoco reportó ese crimen de guerra.
Por su parte, Steven Reisner, supervisor del Programa Internacional de Estudios Traumáticos y profesor de la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York y de la Universidad de Columbia, aseguró en entrevista a Democracy Now: «existe una gran evidencia que muestra que los programas de tortura de la CIA y del Departamento de Defensa en Guantánamo, fueron creados y controlados por profesionales de la salud, particularmente por psicólogos», quienes «utilizaron su experiencia profesional para quebrar a los detenidos».
Reisner implicó directamente al doctor Larry James en esos abusos, degradaciones y torturas… y ahora el jefe de los psicólogos de Bush en Guantánamo y Abu Ghraib afirmó en su mensaje electrónico a colegas y alumnos que entra orgulloso en la Casa Blanca. Sin embargo, en la mansión ejecutiva de los Obama han dicho otra cosa al periodista y escritor Glenn Greenwald, quien dio a conocer este asunto en Salon.com. Aseguran que ellos invitaron a miembros de la Asociación de Psicólogos de Estados Unidos (APA) y «entendemos que el Dr. James está involucrado en esos grupos y quizá fue indirectamente invitado a participar en la reunión»… pero «no ha sido designado para servir en ninguna capacidad en la Casa Blanca».
¿Se lo creyó el psicólogo, o ciertamente fue convidado a pesar de su infamante prontuario profesional? De todas formas, quien debiera haber sido repudiado y deslegitimado por graves violaciones de los derechos humanos y de la ética médica es decano de la Escuela de Psicología Profesional de la Universidad Wright del Estado en Ohio, y dicta conferencias sobre Psicología del Terrorismo a dos mil dólares por cada asistente. ¿El bushismo como práctica académica en EE.UU. y en su Casa Blanca?