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Declaradas en quiebra algunas de las más poderosas empresas de la industria de las finanzas, sus ejecutivos ni siquiera tiemblan. Desde hace mucho, ellos tienen garantizados sus millones. Los villanos ya han recibido su buena paga aun cuando este martes se decía que el presidente de AIG recibiría este año UN DÓLAR... Y lo de antes ¿no cuenta? Claro que sí, y no fue poco el dinero que se embolsaron previo a esta crisis.
En arte de birlibirloque, salarios, bonos, acciones, compensaciones entraban —y entran— año tras año en sus bolsillos, el estímulo por su «buen trabajo» que reciben personalmente los poderosos CEO (presidentes ejecutivos de las empresas) y otros altos funcionarios, mientras esquilman los ahorros de miles.
Hace pocos días, el diario The Wall Street Journal reveló que al menos 15 altos ejecutivos de Wall Street se quedaron con más de 100 millones de dólares cada uno antes de que estallará la actual crisis económica. Un total de 21 000 millones de dólares en compensaciones obtuvieron los boss (jefes) de 120 empresas en el lapso entre 2003 y 2008, precisamente cuando inflaron la burbuja hipotecaria que trajo el tsunami de esta crisis, a la que se le presenta como valladar el salvataje de los grandes bancos norteamericanos.
Curiosamente, entre esos felices mortales están Richard S. Fuld, director ejecutivo de la ahora en bancarrota Lehman Brothers, quien reconoció en una audiencia en el Congreso que se llevó para su casa como compensación 300 millones de dólares —60 millones de ellos en efectivo—, una bicoca si se conoce que Charles R. Schwab, de la firma Charles Schwab, fue mucho más allá con 816,6 millones en compensaciones en efectivo y ganancias luego de vender acciones. Muy de cerca le sigue Dwight Schar, de NVR, quien aumentó su fortuna con 626,3 millones por iguales acápites; y Angeo R. Mozilo, ejecutivo principal de Countrywide sacó una tajada de 470,7 millones de dólares.
La aseguradora American International Group (AIG) es una de las rescatadas con 150 000 millones de dólares, y en medio de la crisis —como ya comentamos en esta página no hace mucho— los señores empresarios mostraban su catadura ética y se iban para un complejo de descanso de lujo donde se gastaron cerca de medio millón de dólares en manicures, pedicures, masajes y arreglos faciales; 200 000 dólares en cuartos del hotel, otros 150 000 en banquetes y...
La danza de los millones para los jefazos y todavía les tiran el salvavidas. Henry Paulson, actual secretario del Tesoro, anunció este martes que la administración Bush proveerá unos 200 000 millones de dólares para sostener a las compañías de tarjetas de crédito, las prestamistas de los estudiantes y a aquellas que sufragan la compra de automóviles. Es decir, apuntalan el sistema de crédito en Estados Unidos, corazón de esa sociedad consumista que insufla la burbuja mayor entre todos sus globos inflados.
No han funcionado con el primer paquete salvavidas de 700 000 millones de dólares y siguen lanzándose por la pendiente sin mirar ni de soslayo a quienes realmente necesitan la ayuda y están pagando con su trabajo e impuestos.
Otro anuncio de la Reserva Federal acompañó a esa medida: la compra hasta 600 000 millones de dólares de activos de tres de los mayores hipotecarios, también en quiebra: Fannie Mae, Freddie Mac y el Federal Home Loan Banks. ¡Que siga el bendito rescate!