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Vuelve el patrullaje conjunto iraco-estadounidense en Bagdad. Foto: Chronicle Cuarenta meses después de la invasión a Iraq, Estados Unidos está reconociendo prácticamente su fracaso cuando el presidente George W. Bush ha decidido y anunciado en conferencia conjunta con el primer ministro iraquí Nuri al Maliki, que aumentará el número de sus efectivos destacados en Bagdad, utilizando a huestes procedentes de otras zonas «menos conflictivas».
A pesar del rechazo de iraquíes y norteamericanos a que esas tropas permanezcan en Iraq, siguen emplazados en la Mesopotamia 140 000 efectivos, casi igual número que las fuerzas empleadas en la invasión que derrocó a Saddam Hussein, solo que ahora ya acumulan en su débito 2 567 muertos y 18 988 heridos, mientras el pueblo iraquí se desangra a un promedio de un centenar diario.
La «nueva» táctica consistirá en «emplazar más policías militares estadounidenses con unidades de la policía iraquí a fin de que sean más eficaces», dijo Bush, y hace evidente el fracaso de la injerencia militar de Estados Unidos y la debilidad del gobierno que Washington le ha impuesto a los iraquíes.
Maliki señaló algo que es aspiración inmediata de iraquíes y estadounidenses: las tropas extranjeras dejarán el país… pero se puso un plazo de meses, sin precisar cuántos, aunque garantiza que «definitivamente no serán décadas, ni incluso años»…
Sin embargo, la decisión probablemente sea contraproducente. Se espera que ese patrullaje iraco-norteamericano corte la violencia y la resistencia, pero nada asegura tal resultado en una ciudad donde la situación empeora a diario, no solo por la presencia de los ejércitos extranjeros sino también por el aumento de los conflictos sectarios y el incremento de la delincuencia.
La nación tiende a dividirse más profundamente en tres zonas que ya habían delimitado Washington y Londres desde que impusieron arbitrariamente sanciones a Bagdad luego de la Guerra del Golfo de 1991.
La táctica anunciada ahora por Bush y Maliki tampoco dará solución al problema, por el contrario, apunta a que las cosas se pondrán peor cuando regrese, a las calles de una Bagdad en permanente toque de queda, el patrullaje conjunto que solo hace aumentar los temores entre la población.
Muchos de los ataques y secuestros son realizados por grupos armados con uniformes de fuerzas de seguridad iraquíes y todos tienen el referente de los crímenes que son capaces de cometer los soldados estadounidenses, léase Abu Ghraib y las torturas y maltratos a los prisioneros, las masacres en Falluja, los recientes asesinatos masivos en Haditha y en otros poblados de Iraq, además del asesinato y las violaciones de familias por efectivos de EE.UU.
¿Entonces?, entonces viene la impunidad, y ante ella la resistencia y las represalias, y la violencia… La noria sigue dando vueltas.