Frente al espejo
«Aquellos que lucran con la desgracia y las carencias de los otros son, cuando menos, seres sin alma y sin pudor (La inocencia del niño John y los pillos cubanos, Ricardo Ronquillo Bello, 4 de agosto). La sociedad es un crisol de humanidades y sentimientos. Queda por parte de sus componentes hacer brillar y sobresalir los más nobles y humanos. Los otros sentimientos, la maldad, el egoísmo y otra lista de ellos, deberán ser obstaculizados y enfrentados. No en balde nuestro enemigo pone su énfasis en alimentar esos odios, esas actitudes negativas. Pone su empeño en aumentar nuestras carencias. Recrudece el bloqueo para que se convierta en una olla de presión y provoque el derrocamiento de la Revolución. Ingenuos no hay en esta tierra. La ingenuidad en estos tiempos está fuera de lugar. Y para Cuba, su camino está en ese camino que no existe y estamos obligados a salir adelante». (Julio Elías)
«Bello artículo, Ronquillo, verdad desnuda, lapidaria y terrenal. Las leyes solas no lo lograrán, pero creo inteligente ir más allá… Los valores como constructos sociales no se generan solos y las soluciones las brinda la propia sociedad. Ahí es donde está el problema a mi modo de ver, pues se han acumulado tantas desidias que es muy difícil ahora mismo salir de todo ese ropaje que como expresó hace unos días el Presidente le damos tanto largo hasta que logramos que se complique la solución; poco más o menos eso dijo sobre coleros, revendedores y acaparadores…». (Tomyone)