Frente al espejo
Licenciada Lisandra, todo el pueblo de Cuba sintió en lo más profundo la desaparición física del Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque (¡Aquí no se rinde nadie!, Lisandra Gómez Guerra, 9 de septiembre del 2014). Ese humilde hijo de esta gigante patria, supo luchar, vencer y triunfar y nunca se apartó del pueblo, a pesar de sus méritos revolucionarios y sus altas responsabilidades. Almeida es de esos hombres que siempre son necesarios, que saben convencer, orientar, guiar, que están al frente de las tareas asignadas, sin dejar de ser sencillos, responsables, exigentes. Una vez alguien dijo que la frase «aquí no se rinde nadie» la había dicho otro grande: Camilo Cienfuegos; sin embargo, cuando se aclaro que había sido Almeida, él solo sonrió, no se observó en él ningún gesto fuera de lo normal, porque bien sabía que cualquier cubano en las condiciones en que estaban peleando, en desventaja con el enemigo, decía esa frase. Esas cosas hacen a los hombres más grandes y sencillos a la vez, porque no demuestran autosuficiencia, ni vanidad, solo pudor porque no les gusta que los señalen de esa manera. Los méritos de Almeida son tantos que sería imposible escribirlos en este espacio. Nos dejó un amplio legado, su ejemplo imperecedero y su voluntad de acero. (Lázaro Tito Valdés León)
Tienes razón (Historias de la calle, 11 de septiembre), pero las aceras son un atentado a los peatones. Cualquiera se arroga el derecho de romper, tapar o no, cambiar el nivel del piso, tubos descubiertos, etc., etc., y por ahí también vas directico a ortopedia. La mano del hombre rompe más las aceras de Las Tunas que los árboles a los cuales le han declarado la guerra. (Lili)
Sin ser un avezado en el tema opino que el cambio en la división de Veitía le trajo malas consecuencias (Domadores asediados, 11 de septiembre). Confiemos pues en el cuerpo técnico para que rectifique a tiempo o estar plenamente convencido de que el espirituano será una estrella en la nueva división. Aunque confieso que tengo mis dudas, después de que en la serie pasada Veitía no dio tregua a sus rivales. (Sancti Spíritus)