Frente al espejo
«Teresita: Si pudiera sembrarte las violetas en una palangana vieja, te las regalaría. Felicidades en tu cumpleaños (Encender las estrellas y seguir, Lourdes Benítez Cereijo, 21 de diciembre). Gracias por habernos regalado canciones tan lindas, que nos enseñaron a jugar y crecer sanamente. Qué pena que hoy muchos niños escuchen más reguetón que música infantil. Por suerte el coralillo se enreda floreciendo para aquellos que recordamos y nos damos las manos danzando como una sola flor». (Danayvi Rodríguez Telles)
«Mi querida Celima: Estas valiosas notas suyas que también nos actualizan con las nuevas normas de la Academia (…) las divulgo entre mis compañeros, para al menos paliar el efecto de errores que se hacen ley de repetirse una y otra vez por los medios masivos de difusión, y que causan tanto daño cuando son erróneos… Como diría un personaje de la TV, “así no se puede”. Gracias por continuar con esta hermosa labor que a todos nos beneficia a jóvenes y no tan jóvenes (sección Palabras que van y vienen, Celima Bernal, página de Cultura martes). Un abrazo afectuoso recordando a nuestro querido “Genio”, Guillermo Cabrera Álvarez». (Walkyria)
«Muchas gracias, Susana, por hacerte periodista y por traernos a Cirilo. Me lo puedo imaginar muy bien por lo que cuentas y a la vez me recuerdas a mis buenos profesores de Primaria, Secundaria y Preuniversitario (Con mi profe Cirilo, Susana Gómez Bugallo, estudiante de Periodismo). Desde Angelita, esa paciente y dulce maestra de primer grado que me enseñó a leer y escribir, o Josefina, la de cuarto, quien me regaló un libro que aún conservo, hasta Rosa Elena, mi profesora de Literatura y Español del pre que nos enseñó a Tagore y el disfrute de ir en grupo al cine o al teatro, o a Mima —como cariñosamente llamábamos a nuestra profe de Historia—, que llevaba recortes de periódico con noticias de la época que dábamos en clase.
«También con la anécdota del machete me recordaste a Pedro, el maestro de Física de onceno grado que era el único en el campamento que trabajaba en el campo y comía junto con nosotros en el comedor. A esos seres imprescindibles que también en la Universidad nos enseñaron más que Medicina, los recordamos no solo en diciembre porque —como bien dices— conversamos tanto con ellos...». (Carlos Alberto Santamaría)
«Hay hombres que, aunque no los conozcamos personalmente, son dignos de todo nuestro respeto, cariño y admiración: uno de ellos es el presidente Hugo Rafael Chávez Frías. De modo que este artículo (La sonrisa y la persistencia, René Tamayo León, 13 de diciembre) —como otros que se han publicado sobre este ejemplar hombre de bien— demuestran el amor que albergamos los latinoamericanos y personas buenas de otras latitudes hacia el presidente Chávez…
«Él se ha convertido en una figura de talla universal, en un paradigma, en un ejemplo, especialmente por sus sentimientos hacia el ser humano. Razones sobran para que, mientras transcurra el proceso de recuperación en el que está inmerso, no cese la eclosión de solidaridad, cariño y afecto hacia su persona…». (Nelson Leyva de la Torre)