Frente al espejo
Para fortuna de todos, los temas del ahorro han regresado a la agenda cotidiana personal. Y digo personal porque para muchos el acto de ahorrar adquirió categoría de problema lejano, para otros y no para cada uno.
Si queremos cambiar esa mentalidad, es aconsejable que pensemos en los porqué, como sugiere la siguiente opinión, sintetizada por razones de espacio, de Juan Carlos Subiaut Suárez, especialista de la Empresa de Grupos Electrógenos y Servicios Eléctricos en Varadero.
«Compañero Mario Alberto Arrastía Ávila: Un comentario del lector Fernando E. Casadevall Oromí, publicado en Frente al Espejo, me motivó a localizar su artículo Alfabetización energética... No siempre el tema energético es correctamente abordado. Son comunes los errores en el uso de unidades de medida, sembrando una confusión que reclama más artículos como el suyo.
«Muchos se han dedicado al consumo y ahorro de energía eléctrica en nuestras casas, reiterándose temas relacionados con los sobreconsumos innecesarios. Sin embargo, otros problemas no mencionados son responsables de una proporción apreciable del consumo eléctrico. Entre ellos puedo mencionar el diseño inadecuado de circuitos eléctricos. Se puede tener un circuito creado para la mitad o menos de la carga eléctrica que está soportando (...). Así, se pierden energía y dinero por el sobrecalentamiento de los cables, pudiendo ocurrir un cortocircuito.
«En ocasiones se utilizan cables con una cubierta protectora inadecuada o con un calibre incorrecto para la carga que deben soportar, provocando que se sobrecalienten y que ocurran cortocircuitos e incluso un incendio.
«También resultan frecuentes los empalmes (uniones entre conductores) con deficiente calidad, causantes de falsos contactos que ocasionan una importante pérdida de energía por calentamiento. Además de que el metro contador registrará esa pérdida como consumo, los falsos contactos pueden quemar el recubrimiento de los cables, generar cortocircuitos e incendios y afectar los equipos conectados.
«La inadecuada conexión de luminarias y otros aparatos puede ocasionar accidentes por electrocución, crea un consumo no deseado y acorta la vida útil de estos».
Aclara el especialista que otros errores habituales son el empleo «de tomacorrientes de deficiente construcción y no acordes a las altas cargas a las que se le somete en lugares críticos, como las cocinas»; y «de clavijas o “machos” no acordes con la carga que impondrá el equipo al cual están conectados. Al desconectar un equipo, muchos tiramos del hilo y poco a poco destruimos la clavija».
Ahora que se amplía el uso de regletas, Subiaut advierte que en ocasiones «estas se emplean para serviciar a varios equipos cuya demanda es superior a la capacidad de este dispositivo o de su cable de alimentación, constituyendo esa una causa frecuente de cortocircuitos y destrucción de la regleta».
Hay otros problemas que escapan al ojo no entrenado en esta materia y son mencionados por el especialista, como el empleo «de disyuntores magnetotérmicos (breaker) de calibración muy superior a la carga eléctrica que debe pasar por sus mecanismos de disparo y el circuito que se debe proteger. De ocurrir un cortocircuito, se queman los cables, la casa y el vecindario, y el breaker ni se entera».
«En la mayoría de las residencias no existe una protección contra electrocución mediante puesta a tierra de las masas, ya sea general o para un equipamiento determinado (...). Sin embargo, gran cantidad de equipos vienen con espigas o clavijas polarizadas (tres paticas) y se les destruye una en muchos casos, así como se deja sin conectar el poste polarizado como protección en un tomacorriente».
Concluye el mensaje de Subiaut alertando que «en nuestro país no existe una entidad que se dedique al diseño, construcción y reparación de instalaciones eléctricas residenciales, pues la Organización Básica Eléctrica solo llega hasta el metro contador, por lo cual la población acude entonces a particulares para realizar estos trabajos. En dependencia de si se trata de un “empatacables” o un especialista, este solucionará con mayor o menor eficacia el problema, añadiéndole una importante sangría al bolsillo del cliente.
«Hacer una instalación eléctrica, adquirir determinado equipamiento o solucionar una avería requieren de un asesoramiento y una ejecución especializados. En ningún caso admiten el empleo de personal no calificado, que le ocasionaría un problema mayor a corto o largo plazo».
Vanguardia de hechos«Estimado Osviel: Me pareció muy interesante tu artículo Por favor, mi papelito (Osviel Castro Medel, 31 de mayo), pero creo que eres injusto al enjuiciar a esos estudiantes (que reclaman avales por participar en las actividades). Es cierto que esas cosas y actitudes ocurren entre ellos y también entre los trabajadores. Sin embargo, ¿son los responsables de haber formado ese pernicioso hábito?
«En cierta ocasión, no hace mucho, fui seleccionado entre los trabajadores de mi centro como ejemplar y propuesto para Vanguardia Nacional. Parece que atesoraba un cúmulo de trabajo bien hecho y mis compañeros supieron reconocerlo. Hablaron de mis virtudes, y al final me dijeron los del Sindicato: “Ahora tienes que reunir ‘los papelitos’ de lo que hayas hecho para que presentes tu solicitud para Vanguardia Nacional”. Les respondí: Si tengo que justificar con ‘papelitos’ y con mis palabras el trabajo hecho y que ustedes han enumerado sin yo decirles, no saldré nunca Vanguardia Nacional de ‘papelito’, pues yo me considero Vanguardia Nacional de hechos por el voto de mis compañeros. Y así fue, no se hizo el trámite». (Reynel Llanes Belett)
«Nyliam Vázquez García: Estuve leyendo tu artículo El dolor del hambre (13 de junio) y debo reconocer que me impresionó por su crudeza. En la medida que lo leía, mi mente iba formando un mapa de esta penosa situación, lamentablemente en incremento (...). Es una obra muy loable la tuya y espero que realmente se pueda hacer algo para revertir en algo esa tendencia (...). Espero que puedas seguir luchando por tus sueños y disfrutar cada día, cada momento, cada instante del camino que elegiste para lograrlo». (Antonio Cónsole)
«Tengo 28 años y soy fiel lectora de Juventud Rebelde. Hace unos días leí el artículo La calle de los perros, de Julieta García Ríos (22 de mayo), y me pareció muy interesante. Apoyo totalmente al compañero Andrés Castañeda en su empeño noble y muy hermoso de lograr un cementerio donde nuestras mascotas muertas descansen. Me parece muy lindo cuando hay miles de animales en las calles, sufriendo maltratos de todo tipo». (Yuneisy Ferro Espinosa)