Frente al espejo
«Amo con todo el corazón a la Revolución y a mi país, y estuve leyendo el artículo que trata de los posibles efectos sobre él de la crisis económica mundial (¿Que venga la fiera...?, Yailin Orta Rivera, Rocío Trujillo Olivares, Julio Martínez Molina y Osviel Castro Medel, 24 de mayo). Me pareció muy bueno y encontré bastante diferencia de criterios.
«Algo que no comparto es el sabor de quietismo y falso optimismo en la expresión de uno de los entrevistados: que si aguantamos los 90 del pasado siglo (en referencia a los momentos más agobiantes del período especial) ya nada nos puede asustar. Somos un país socialista y tenemos que luchar todos los días por mejorar el bienestar de nuestro pueblo. Hay que incentivar la economía cubana, fundamentalmente la producción de alimentos (...). Recursos hay —al menos los esenciales (hombres y tierra)—, y la estrategia está pensada hace ya bastante tiempo, pero encuentra muchas dificultades para su aplicación. Creo que si continuamos mejorando la estimulación económica de quienes trabajan la tierra, avanzaremos más. Llevo tiempo ya trabajando en un país al que el neoliberalismo afectó con toda su fuerza, y lo que más deseo es que en Cuba todos vivamos dignamente, que luchemos cada día por eliminar las desigualdades que han surgido, que logremos hacer del pueblo cubano el pueblo trabajador que fue hace tiempo (...)». (Gleider Same)
«Cuando me enteré que Leinier Domínguez estaría solo en (el torneo de) Sofía se agolparon en mi mente muchos sentimientos encontrados (...). Eso era casi un suicidio en cualquier deporte, y más en el ajedrez (La misma piedra en el zapato, Luis López Viera, 21 de mayo).
«Enseguida vi a Leinier, dejado caer, en medio de una plaza de toros, sin nadie que amansara o preparara los toros para el espectáculo, contando solo con su valor y dispuesto a no dejarse matar. ¿Cómo podemos admitir que se trate con tan poco respeto al mejor ajedrecista cubano después de Capablanca? ¿No merece la afición cubana una explicación?
«La actuación de Leinier no fue buena. Tampoco puedo decir que fue tan mala. Incluso coincido con algunos amigos que pudo ser peor. Su preparación no fue la mejor a pesar de contar con tres meses después del (torneo en) Linares, y así lo demuestra el que en todas las partidas tuvo problemas con el tiempo. Desde el (torneo) Corus se viene hablando de sus dificultades para jugar d4. Las segundas partes de los torneos han sido peores que las primeras, lo que confirma que su preparación física debe ser modificada. Tiene que ampliar su repertorio. Como aspectos positivos debemos señalar que no es presa fácil para nadie y que tiene un gran poder de recuperación.
«Nuestro ajedrez necesita cuidar a Leinier, pues tenemos el privilegio de contar con un ajedrecista de la superélite que mucho bien traerá a Cuba. Poner los recursos materiales y humanos en función de esto es sencillamente lo único inteligente». (Reinaldo Álvarez García)
«Casi acabo de leer su excelente artículo: Alfabetización energética (Mario Alberto Arrastía, 21 de mayo), y lo felicito porque es difícil acumular tantos conceptos útiles en tan pocas líneas.
«Hace mucho tiempo que vengo sufriendo al ver la superficialidad con que se manejan en nuestros medios los importantes temas a que su artículo se refiere, sobre todo por personas con nivel universitario.
«Siendo la energía eléctrica algo tan presente en la vida cotidiana, creo que nadie tiene derecho a ignorar el tema, hasta por un mero instinto de conservación, al igual que estamos obligados a saber algo de Medicina (¿no se habla casi a diario de distintos virus, por poner un solo ejemplo?). La electricidad es peligrosa, pero en lugar de temerle lo que se debe hacer es conocerla lo más posible, y así nos enteraremos, de paso, que como teoría resulta tan bella como lo fue la Longina de Manuel Corona.
«He apreciado mucho su trabajo. Tiene un gran valor, y me permito pedirle que continúe con el tema porque todavía hay mucha tela por donde cortar. Sería muy útil redactar un folleto que trate sobre estas cuestiones y se haga un tirada masiva, de manera que llegue a todos». (Fernando E. Casadevall Oromí)
«Compañera Celima Bernal: A través de la edición digital leí, como es costumbre, su sección Palabras que van y vienen, y en ella aparece el martes último el artículo titulado Una crítica. Considero que quien escribió los criterios que usted reprodujo no solo fue cáustico y arrogante al endilgarle epítetos tales como “egocéntrica” y “autosuficiente”, sino que lo hizo con falta de tacto y educación. Creo que las personas vienen al mundo con derecho a ser instruidas y a instruir dentro de sus posibilidades.
«No creo que su personalidad se amilane, pero como lector asiduo de sus escritos sí creo mi obligación desagraviar en nombre de mi colectivo y en el mío propio a su persona, por respeto a su cultura y dedicación, pues la palabra es el espejo de la acción, al decir de Solón (político griego, 638-558 a.n.e.). La saludo con mucho amor y agradecimiento». (José Ramón Izquierdo García, cooperante cubano en Venezuela)
«El otro día iba en una guagua de mi trabajo y vi a una muchacha leyendo el artículo suyo acerca de los vampiros y hombres-lobos modernos (Charlando con Drácula, Luis Luque Álvarez, 18 de mayo). ¿Le soy sincero? Me encantó y me pareció genial. Recientemente vi un documental sobre los jóvenes que se reúnen en la calle G y en él aparecen opiniones de ese tipo de personas. Coincido con usted en que una gran parte de la juventud ha cambiado sus gustos y sus lugares de recreación... ¿Por qué será? Todo tiene un porqué, ¿no cree usted?». (Jesús González, trabajador de la Universidad de Ciencias Informáticas)
«José Aurelio Paz: Colecciono sus reflexiones en mi corazón. Cuando no aparece los domingos, lo extraño tanto como al hijo ausente. Y es que usted llama a la melancolía con su rico anecdotario, el que tenemos todos pero muchos no somos capaces de llevar a un papel. Gracias por aparecer y ojalá no faltara ni un domingo». (Alicia Labaut Boada, Santiago de Cuba)