Frente al espejo
«Estimados Dora Pérez Sáez y Luis Luque Álvarez: Agradecemos la entrevista a Alejandro García (Virulo) publicada en la edición del 10 de mayo (No dejarse engolosinar por la risa). Ha sido muy valiente escribir sobre las realidades del humor en nuestro país, dentro del que abundan productos de mala calidad y poco disfrutados por el público... Nuestros medios deben seguir criticando todo lo que empañe nuestra cultura, lo grosero, lo fácil y lo poco cubano». (Bárbaro Bernal Gamboa, Bayamo)
«Deseo felicitar al periodista Julio Martínez Molina por el trabajo titulado Estrellitas de cartón (10 de mayo). Es lamentable cómo en nuestros medios se estimula la música “chatarra” y los conductores —eso merece otro trabajo— se nos presentan como en las revistas del corazón, hechos unas montañas de músculos y con sobrenombres que son motivo de risa. Deberían revisarse esas cosas... No pido que no se ponga lo que le gusta a la juventud, pero por lo menos que sea discreta la presentación de los aludidos videos.
«En enero último pasaba en horas de la noche por una provincia del centro del país, y en un programa juvenil una oyente pedía un tema de Joaquín Sabina. El conductor de aquel espacio le contestó que eran muy largas esas canciones, y seguidamente la “complació” con El animal, de Gente de Zona... Para el olvido semejante cambio». (Tahimí Paneque R.)
«El domingo 10 de mayo, el colega Julio Martínez Molina publicó un trabajo titulado Estrellitas de cartón, donde desacredita a determinadas agrupaciones musicales y cantantes de la escena internacional. El grupo mexicano RBD, la norteamericana Britney Spears y las Pussycat Dolls se convirtieron en el blanco de los “ataques” de Martínez.
«Quizá los RBD y las Pussycat Dolls no posean textos profundos, el discurso semántico-sonoro no sea el mejor y la fanfarria escenográfica como telón de fondo sea habitual, pero en Cuba existen grupos musicales —reconocidos y validados por nuestros medios de comunicación— que dejan mucho que desear.
«El caso de Britney Spears es diferente, pues tiene talento y su único pecado consiste en ser representante del mercado. Un mercado donde conviven personas capaces y mediocres, pero no todos entran en el “saco de los malos”.
«A Martínez Molina le preocupa que la televisión difunda demasiado a los “ídolos de cartón y las estrellitas de barro”, en detrimento de creadores nacionales. Pues, la TV cubana cuenta con pocos espacios dedicados a la música internacional actual, y promueve a los creadores del patio, a veces más “estrellitas de cartón” que sus pares foráneos. Sería ideal que el colega Martínez hiciera un reportaje sobre esos “ídolos de barro” del panorama nacional». (Javier Figueroa, Emisora CMHW, Villa Clara)
Estimado Javier Figueroa: El debate sobre la calidad estética y el alcance de una parte de la producción cultural cubana actual —y en especial la musical— no ha estado ausente en nuestras páginas. Es una realidad cuantificable en espacios, secciones fijas y firmas que no viene al caso mencionar ahora.
Comprendo que un grupo de lectores puede no haber tenido acceso a una parte o la totalidad de las ediciones en que estos temas han sido abordados, pero cuando sometemos a análisis ciertos fenómenos foráneos relacionados con la mercantilización y las industrias culturales, casi siempre ya hemos mirado en la escena nacional. Nadie que nos haya leído bien podría cuestionar que buscamos la paja en el ojo ajeno y no en el propio.
No debemos asociar la crítica con ataques o intenciones de desacreditar. Cuando se dialoga hay que estar dispuestos a escuchar criterios diferentes, y a ver en la divergencia no una amenaza, sino otra oportunidad para procurar la verdad.
Comprender que algunos de los exponentes mencionados en el comentario de Julio tienen mayor o menor talento, se deben a sí mismos o a las fórmulas de mercado, van de la mano de la autenticidad o el seudoarte, queda a merced de la valoración individual. Ahora bien: ¿es justo que el lector disponga de libertad para afiliarse a un criterio y el reportero no?
Sí concuerdo con usted en que debíamos tener más momentos para difundir todos los tipos posibles de música internacional. ¿Decir Shakira y Juanes es decir Colombia? ¿Se puede hablar de Argentina y hacer «invisibles» a Los Fabulosos Cadillacs? ¿No es tan mexicana Lila Downs, a quien vimos en la película Frida (Salma Hayek, 2002), como Marco Antonio Solís? ¿Por qué hubo que esperar a que Sting lanzara Desert Rose para encontrar a Cheb Mami? ¿Qué conocemos de la música senegalesa, hindú, vietnamita...? ¿Por qué esperar a la inauguración de unos Juegos Olímpicos —recuérdese Atenas 2004— para «descubrir» la música griega?
Y por ese camino también podríamos preguntarnos de qué otras maneras pueden incidir criterios como los suyos, generados dentro de los medios, en la calidad de cierta producción musical cubana y en el balance de lo que se difunde y legitima. Son cuestiones que invitan a pensar.
«Estimada colega Nyliam Vázquez: Su crónica 12 de mayo: 365 días está muy interesante y resulta a la vez de suma importancia, no solo por el hecho de que la provincia china de Sichuán haya pasado aquella tragedia de un gran terremoto, sino por la asistencia prestada al hermano pueblo chino, que sufrió uno de los peores golpes de su historia, y que con abnegación, sacrificio y sudor ha podido levantar a esa nación milenaria. Solo quería comentarle que su redacción es muy acogedora y que ojalá siga escribiéndonos acerca del acontecer nacional o internacional». (Maykel Hernández González)
«Amigo Ciro Bianchi: Lo admiro profundamente por la manera que tiene de escribir sus crónicas, las cuales considero como historia pura de nuestra vida en todos los tiempos. No sabe usted con cuánto placer las leo cada domingo. He coleccionado un buen número de ellas y me he preguntado por qué no agruparlas en un solo tomo. Imagino que tendrían asegurado un éxito total de ventas, pues los lectores buscan constantemente trabajos como los suyos, o aquellos otros de los periodistas Mario Kuchilán y Eduardo Robreño, donde el costumbrismo se mezcla con la historia popular.
«Me gustaría sugerirle que trate el tema de esos personajes a los que llaman brujos, a los que aún asocio con mis temores de la infancia, hace ya tantos años... ¿Sabía usted que cuando se introdujo en Cuba el garrote vil, la primera persona a la cual ajusticiaron con él fue a uno de esos llamados brujos? Supongo que no hay mucha literatura sobre este tema, pero tengo confianza en sus buenos oficios para encontrar información, pues algo me dice que ustedes los periodistas invierten mucho tiempo desapolillando archivos... Lo felicito nuevamente por los ratos tan amenos que nos hace pasar». (Ovidio Martínez)
En la edición del martes 12 de mayo publicamos el trabajo PDVSA Cuba: ejemplo de integración, de Mario Muñoz Lozano. Por error, en él se refirió que la refinería Camilo Cienfuegos, de la Perla del Sur, procesa diariamente 65 millones de barriles de crudo y se espera ampliar esa cantidad a 150 millones. En ambos casos debió decir miles.