Frente al espejo
«Soy bibliotecaria y desempeño mi labor en la Sala Frank Emilio de la Biblioteca Nacional José Martí. En esta sala se atienden los usuarios discapacitados que llegan a nuestro centro, y desde ella realizamos las gestiones necesarias para satisfacer sus necesidades informativas, ya sea dentro o fuera de la institución. Este servicio se brinda igualmente en otros centros de nuestro sistema de Bibliotecas Públicas, como son las provinciales y en buena parte de las municipales, hasta un total de 171.
«He leído con satisfacción su trabajo Desafío de paciencia (Luis Hernández Serrano, 2 de noviembre), que trata acerca de Helen Keller. Lo felicito por su contribución a promover la lectura, especialmente de un libro tan valioso como el titulado Historia de mi vida, autobiografía de una personalidad destacada en el campo de la discapacidad.
«Helen Keller es muy conocida por los ciegos en el mundo, incluyendo a los cubanos, pues sus obras están difundidas en este ámbito. Nuestra Biblioteca posee en su colección una representación de sus obras, como son la mencionada, El Mundo donde vivo, y otras en idioma inglés. Igualmente tenemos el libro Helen Keller socialista, escrito en Braille, con edición, introducción y notas de Philip S. Foner (Editorial José Martí, 1988).
«Latinoamérica también tiene hombres y mujeres con discapacidad que se han destacado por los retos que han enfrentado, entre ellos Enrique Elissalde. Cuba no se ha quedado atrás y tiene entre sus figuras prominentes nombres como Nicolás Manuel Escobedo, iniciador de la educación de ciegos en Cuba; Zacarías Alviza, Aníbal Barreras Antúnez, todos ya desaparecidos; y en la actualidad hay muchos que se destacan en diferentes esferas del quehacer humano...
«Los admiro por su constancia y su amor a la vida, porque a pesar de no contar con los cinco sentidos le sacan el máximo a los que poseen para asumir con plena dignidad un papel respetable en la sociedad. Enfrentan la vida con mucha valentía y decisión, teniendo la suerte de vivir en un país que coloca al hombre en el centro de sus decisiones. Me ufano todos los días de poder servirles desde mi posición de bibliotecaria, porque ellos sin proponérselo son inspiración para mí». (Lourdes Lopetegui Valera)
«Hace poco un amigo me hizo llegar su artículo Refranero chino (Juan Morales, 25 de noviembre). Me pareció refrescante y bien escrito, además de oportuno, ya que resulta necesario redescubrir a ratos cuánto ha calado la influencia china —y las de otras nacionalidades, más allá de lo español y africano— entre nosotros.
«A propósito quisiera explicarle, ya que usted lo deja como interrogante, el origen del dicho “lo engañaron como a un chino”. Desde que comerciantes españoles y de otros países comenzaron a imponer contratos leoninos a los cantoneses que deseaban emigrar en pos de la riqueza, se extendió gradualmente la frase referida. Les prometían villas y castilla a los chinos para sacarlos de sus aldeas; y al llegar a su destino, estos descubrían que lo ofrecido no era más que un camelo descomunal. Hoy el refrán es muy usado en España y otros países hispanohablantes.
«Y me permito recordar otra expresión que hizo época en nuestro país: “búscate un chino que te ponga un cuarto”. Se entendía que muchos chinos del Barrio ídem de La Habana, incluso los de apariencia menos pudiente, guardaban sus pequeñas fortunas. Puedo decirle que ese es uno de los refranes que mejor se ajusta al carácter de los chinos, pues despliegan una capacidad de ahorro excepcional. Algo más para aprender de ellos. Mantenga su labor, muy necesaria». (Isidro Estrada, corrector del servicio informativo de Radio Internacional de China, Beijing)
«Le escribe la madre de Pedro Enrique Peña Moroño, el joven guitarrista (Al podio desde el arte, Yelanys Hernández Fusté, 16 de noviembre). Me encuentro cumpliendo misión en Venezuela y mi esposo me envió el escrito de Juventud Rebelde donde usted reconoce la bella labor que realiza esta nueva generación de guitarristas... Gracias de todo corazón. Es muy lindo de su parte y a la vez estimula a esos muchachos que día a día se sacrifican y ponen en alto el nombre de nuestra Isla en tierras lejanas». (Martha Moroño)
«Estimado Luis Sexto: Sigo con asiduidad sus artículos. No es usted en absoluto mediocre y eso con seguridad lo podrían demostrar sus 40 años de trabajo periodístico. Ese señor, Miguel, que exige nombres y apellidos de culpables (Discrepancias y floreos, Coloquiando, 28 de noviembre), no se identifica, así que la transparencia que exige para los demás no parece aplicársela a sí mismo. Lo menos que pudiera hacer es hacerse responsable de su propia opinión. Estoy de acuerdo con usted en que la solución de muchos problemas no está solamente en la severidad con que se apliquen nuestras leyes. Hay algo que está fallando y hay que averiguar qué es, y eso que está fallando está en la conciencia de las personas». (Eugenio Almaguer Rodríguez, Universidad de Holguín)
«Cuando el 14 de octubre leí su comentario Tengo una “bacana” (Osviel Castro Medel), me pareció que era yo quien lo había escrito pues me identifiqué plenamente con él. Es cierto que mucha gente ha descuidado cultivar su espiritualidad; muchos piensan que porque usan lo último en modas pueden vestir el alma y eso lo resuelve todo. Se olvidan de cosas que aparentemente son insignificantes pero que vienen a complementar todo lo bueno y noble que ha puesto la naturaleza en nosotros.
«Debemos luchar por ser nosotros mismos y demostrar a los escépticos que el bienestar espiritual es necesario. Fue un placer leer su artículo. Me ayudó a ver mejor las cosas y a darme cuenta de que no debo cambiar para nada mi forma de ser. Al contrario, lucharé por demostrar que la felicidad plena no existe, pero su pariente más cercano es la paz espiritual». (Duviel Vergel García, estudiante de sexto año de Comunicación Social, Sancti Spíritus)