Acuse de recibo
El pasado 14 de septiembre desde Luyanó, La Habana, Eduardo A. Salinas Figueroa contó aquí que desde junio de 2024 no tenía servicio en su teléfono fijo. Lo reportó varias veces al 114, y siempre decían que estaba pendiente por la reparación del par.
El 10 de octubre de 2024 emitió queja al 118. Le dijeron que tenían un plazo de 18 días para responder, y vencido, si no se había resuelto, debía ir al Departamento de Atención a la Población del área adonde pertenece su número. Al no recibir respuesta, el 13 de diciembre de 2024 fue a Atención a la Población de la planta de Lawton, donde la funcionaria Paula reconoció que se había dilatado la restauración de su servicio. Y lo justificó con carencias de transporte que Eduardo no entendía, pues a diario ve equipos de Etecsa trabajando en la calzada donde vive.
El 10 de enero de 2025 fue a la División territorial de Etecsa. Formuló queja, le tomaron datos, dijeron que los trasladarían a la unidad de Lawton y le llamarían para darle respuesta. No la hubo. Ese mes entregó carta en la Presidencia de Etecsa. El 12 de mayo pasado lo llamaron del área comercial, planta de Lawton, para decir que daban curso a su queja. En pocos días su servicio se restablecería. La orden ya estaba en poder de los linieros.
Sin respuesta, el 6 de junio fue a Atención a la Población de la planta de Lawton, y le dijeron que su interrupción era por cable. Respondió que antes decían que la causa era el par roto, que debía repararse por la brigada de reparación de pares. Y el jefe de Operaciones indicó que seis meses atrás robaron petróleo en la fábrica de cigarros Brascuba, y el derrame dañó los cables soterrados.
Él mostró desacuerdo con tal argumento, pues hacía un año su teléfono estaba sin servicio, y el daño del cable soterrado era de seis meses. Preguntó: ¿Entonces qué sucedió en los seis meses anteriores al robo de Brascuba, cuando le decían que el par estaba dañado? El jefe de Operaciones adujo que en esos seis meses no hubo combustible, y los carros no podían salir a trabajar; razón impropia para Eduardo, pues veía varios carros de Etecsa con operarios reparando en la calzada donde vive. Y preguntó si traían una orden a su nombre. Siempre decían que esa orden no se la habían dado.
La respuesta final del jefe de Operaciones fue que después del 6 de junio debía entrar la brigada de reparación de soterrados a revisar los cables dañados con el petróleo; y después iniciarían la restauración del servicio a los teléfonos dañados.
«El único teléfono sin servicio en mi cuadra es el mío, decía. De ser la causa los derrames de petróleo sobre los cables soterrados, debían estar dañados todos los teléfonos de la zona. Me di a la tarea de observar los vehículos de la Empresa para cerciorarme si estaban reparando los cables soterrados. Cierta vez, a fines de junio, pregunté a un operario, y manifestó que estaban realizando ese trabajo. Hoy 9 de septiembre, cuando se supone que esté concluido el trabajo de los cables soterrados, aún no tengo respuesta ni solución de mi teléfono», concluía.
El pasado 14 de octubre respondió Laura Castillo Carballido, directora de Protección al Consumidor y Atención a la Población de Etecsa, que el registro de la interrupción data de julio de 2024. Y en varios contactos con Eduardo desde el Centro de Telecomunicaciones de Luz, se confirmó que su servicio se soportaba sobre un cable con severo deterioro por envejecimiento tecnológico. Y el par de su teléfono se encontraba defectuoso.
Añade que la solución se dilató, pues para laborar sobre el cable se requería antes asumir otras labores especializadas por un grupo de trabajo que presta servicios a toda la provincia, no por los técnicos habituales de la zona. Esa brigada labora en las interrupciones de ese tipo en la capital, y depende de los recursos necesarios para este tipo de avería.
Mientras se mantenía la interrupción, añade, ocurrió el derrame de petróleo en la red soterrada, que incrementó el número de interrupciones y complejizó las posibilidades de solución. Y por demora en el restablecimiento, se hicieron ajustes en las facturas por días sin servicio, desde agosto hasta diciembre de 2024. Y desde ese mes una compensación de 200 minutos de voz a la suscripción móvil de Eduardo hasta septiembre de 2025, cuando quedó restablecido el servicio.
No obstante las causas objetivas expuestas, dice, la División Territorial de La Habana identificó problemas de organización y tratamiento de información. Y se adoptaron acciones correctivas en el flujo de trabajo, y sobre cada responsabilidad.
A Eduardo le explicaron las situaciones que causaron su interrupción, y le ofrecieron disculpas, concluye.
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