Acuse de recibo
El pasado 5 de abril, desde calle 57 no. 5817, entre 58 y 58B, municipio habanero de Playa, Loreley Simón contó que hacía tres o cuatro meses los vecinos de la acera de números impares de esa cuadra tenían problemas críticos con el agua; y no por dificultades con ese servicio, pues en la acera de enfrente sí la recibían. Fueron a la oficina comercial de Aguas de La Habana en Playa, se entrevistaron con la jefa allí, llamada Daymé, quien los visitó y quedó en retornar. Pero no lo hizo.
Vecinos iban casi todos los días de diciembre de 2024, y siempre les decían que los visitarían, mas no lo hacían. Loreley fue a la sede central de Aguas de La Habana, en Vía Blanca y Palatino, y habló allí con Belkis, quien llamó a Daymé y le dijo que sí, que conocía el caso y se ocuparía de este. Nada.
Por segunda vez, Loreley fue a la sede central y habló con Belkis y Xenobia, en el Departamento de Atención a la Población. Le dijeron lo mismo: que había que llamar a Operaciones y a un inspector de la Zona, porque era imposible que una acera tuviera agua y la de enfrente no.
«Hasta el momento de escribir este correo, decía Loreley, nadie nos ha brindado la debida atención, y mucho menos ha tratado de solucionar el problema, pues esa zona nunca había tenido dificultades con el agua, a menos que hubiera roturas».
Y no se podían enviar pipas, decía, por lo intransitable del lugar, desde que la Empresa de Gas Manufacturado asumió allí un cambio de tuberías y rompió toda la zona: válvulas de agua, calles, aceras, tuberías y alcantarillado.
Loreley fue al Gobierno de Playa, y le dijeron que debía personarse en la sede municipal de Aguas de La Habana. Después de meses, envió un correo a Atención a la Población del Comité Central del Partido y
reorientaron el caso a Atención a la Población del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos. Allí se entrevistó con una funcionaria llamada María del Carmen, eficiente y profesional, quien le dijo que iba a gestionar su queja. Y habló con la directora de la oficina comercial de Playa, quien afirmó que en una semana irían a cambiar la válvula y a arreglar los salideros. No fue así.
«Tenemos alrededor de seis salideros, puntualiza, y hasta ahora nadie se ha pronunciado. Todo son justificaciones: que si no hay aceite para la moto escaladora, que si no hay combustible, que si no hay electricidad… Hasta el día de hoy no ha venido nadie para ver ni para cambiar la válvula que, según me dijeron, ya la tenían, ni a arreglar nada. Nadie nos da una solución. Todos los vecinos afectados nos sentimos desilusionados, desprotegidos y abandonados por todas las instituciones a las cuales hemos acudido», concluía Loreley.
Responde Eladio Cobas Martínez, jefe del Departamento de Atención al Cliente de Aguas de La Habana, que Loreley ha sido atendida por el personal de la empresa Aguas de La Habana y la especialista de la Delegación Provincial de Recursos Hidráulicos, quienes le han dado explicaciones de la posible solución de su problema, que se agudizó por arreglos del gas
manufacturado en esa zona, que rompió acometidas y dejó la calle intransitable para dar servicio por carros cisternas al menos.
Precisa que Aguas… asume la reparación del daño, por ser la que ofrece el servicio de abasto de agua, y le corresponde restablecer las acometidas. Y la inconformidad de Loreley radica en la no solución del problema con la inmediatez que se necesita.
Por parte de Aguas… en Playa, añade, al producirse los daños por las reparaciones del gas, se hicieron varias órdenes de trabajo para suprimir los salideros. Y no han sido acometidos en su totalidad por la situación de materiales y accesorios. Y ello afecta en gran medida la calidad del servicio.
La solución definitiva al problema, dice, es sustituir la red dañada para mejorar su servicio con trabajos operacionales que fueron valorados y aprobados por el área técnica, y pasar las acometidas afectadas al ramal sustituido con mejor servicio. Esta acción, añade, será ejecutada con la inmediatez que los recursos permitan. Y la empresa está en la mejor disposición de corregir el daño para que la población no continúe con esta afectación y reciba el servicio de abasto de agua.
La válvula que refiere Loreley no tiene que ver en ello, ni afecta el servicio de la zona, dice. Lamenta las molestias causadas, y añade que siempre estarán en disposición de atender a los clientes con respeto y darles las respuestas adecuadas.
A propósito, la Empresa de Gas Manufacturado, causante de todo, ¿no tiene nada que decir?
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