Acuse de recibo
Niurka Fraguela Sentmanat, vecina de Reyes, No. 337, entre Luz y C, en Lawton, La Habana, escribe molesta e inconforme con la decisión adoptada en su empresa sobre el proceso de una beca de maestría en Rusia, el cual resultó «congelado», luego de que su candidatura fuera aprobada, en primera instancia, por la propia empresa, el Mincom y el MES.
Según refiere Niurka, ella trabaja en Etecsa desde 2005, y hace dos años, en 2023, optó por la convocatoria a dicha maestría, en la que solo ocho candidatos resultaron aprobados. En mayo del pasado año entregó los documentos para enviar a Rusia, entre ellos un certificado médico donde explícitamente se reflejaba su enfermedad de diabetes, con tratamiento insulino-dependiente.
Esa enfermedad la padece desde que tenía cuatro años, afirma, pero nunca le habían puesto objeción para nada. Incluso, la parte rusa no lo consideró un obstáculo para la maestría ni tampoco la empresa cuando en su momento llevó la documentación solicitada, y donde se encontraba el resumen médico especificando su condición de salud.
Ante la inminencia del viaje y con universidad ya asignada en Rusia para los estudios (finales del mes de agosto de 2024), cuenta, se dio a la tarea de indagar en la empresa qué debía hacer para llevarse las considerables cantidades de medicamento (los dos tipos de insulina que usa y los biosensores del glucómetro SUMA que solo se fabrican en Cuba), lo cual necesitaría para los dos años de estancia en el país euroasiático.
Asegura que, por medio de trabajadores del Minrex y el Minsap, pudo informarse que con un certificado médico que avalara la patología, se garantizaba adquirir el tratamiento para el período de estancia en el exterior, algo que Niurka comunicó a los responsables, pero nunca obtuvo respuesta.
Como el tiempo le apremiaba, afirma, comenzó a comprar el tratamiento por vías informales, invirtiendo grandes sumas de dinero. En paralelo indagó qué debía hacer para que no hubiese problema por parte de la Aduana en el momento de sacarlos del país, y en el Minsap le indicaron el procedimiento a seguir. Trámites todos que Niurka también realizó por su cuenta cabalmente.
Hasta ahí todo marchaba bien. El lío vino después, porque mientras ella se encontraba en ese proceso de búsqueda de medicamentos para llevarse a Rusia, fue cuando las personas encargadas en la empresa, supuestamente, se enteraron de su padecimiento. «Por lo que asumo que el proceso anterior de la documentación fue tratado con superficialidad, cuestión que me ha decepcionado bastante», cataloga Niurka.
Después de meses de esfuerzo (a mediados de noviembre de 2024), la empresa le comunica, de un día para otro, que su candidatura estaba «congelada», y que debían cerrar todo el proceso de los que habían llegado hasta el final.
«Entre las cuestiones alegadas para negarme la posibilidad de superación profesional en el extranjero estuvo que con el estipendio y el seguro que nos daban no iba a poder mantener mi tratamiento, cuestión de la que estoy consciente, y que solucionaría con los medicamentos e insumos que ya tenía comprados para llevarme a Rusia. Además, había cumplimentado todos los trámites burocráticos de Aduana, agrega.
«El final de todo fue que, en los primeros días del mes de diciembre de 2024, me negaron rotundamente la posibilidad de participar en la maestría, haciendo que se perdiera una plaza de las que estaba pactada entre el MES y Rusia», enfatiza Niurka.
Entre su malestar y decepción comenta que en ningún momento fueron escuchados sus argumentos por quienes le troncharon la maestría en el exterior, pues «nunca dieron el chance de un debate con esos responsables». A pesar de que siempre enarbolamos las banderas de claridad y transparencia en los procesos, indica, en este caso todo ha sido irresponsable, descuidado y despreocupado.
A cambio de la negativa para que fuera a superarse a Rusia, luego de ganarse la beca, a Niurka le ofrecieron como alternativa una maestría similar en la Cujae. «Siendo objetivos, como está la situación del transporte y con una laptop a cuesta, para mí la opción es inviable», agrega.
Aunque la empresa se comprometió a garantizarle el transporte hasta la Cujae, lo cual considera difícil, porque para algunos trabajos fuera de la oficina la empresa no puede asegurarlo, ella está convencida de que la propuesta es prácticamente irrealizable o, cuando menos, no sustentable en el tiempo.
A estas alturas, y con el disgusto de por medio con la empresa, Niurka se siente discriminada por su condición de salud, luego de haberse ganado por derecho propio su maestría en Rusia. Su deseo a partir de ahora es que dichas prácticas no constituyan un precedente en el futuro.