Acuse de recibo
Yanisel Bonilla Ramírez, trabajadora de Salud Pública y residente en calle E No. 4, en el reparto El Once de Chivirico, municipio santiaguero de Guamá, escribe porque ya hace más de un año tiene dudas acerca de los problemas con el otorgamiento del círculo infantil para su hijo de dos años.
Refiere que en Chivirico hay un solo círculo infantil, en el cual estuvo su hija de siete años, que ya está en la escuela primaria. Su problema comenzó cuando hizo su solicitud para el varón en tiempo y forma.
Al arribar el pequeño a los 11 meses de vida, ella comenzó a investigar, porque veía que no le avisaban para comenzar la adaptación allí, siendo la única madre de Salud Pública que estaba solicitando el círculo.
Entonces llamó al Departamento de Primera Infancia en Educación, y le comunicaron que no le habían otorgado la matrícula para el círculo infantil, debido a que había que dársela a dos madres docentes en Educación, porque de lo contrario habría que cerrar dos aulas.
«De cierta manera entendí, afirma, pero no me quedé conforme. Fui a la Dirección Municipal de Educación para entrevistarme con el Director, quien me dio la misma respuesta, y agregó que no me desesperara, que el hecho de que no me hubieran otorgado no significaba que a mi niño posteriormente no le llegara el círculo.
«Y además, me dijo que existía la posibilidad de que pronto se inaugurara una casita infantil, y quizá él entraría ahí. No recibí ninguna garantía de todo aquello. Y en octubre le fue otorgado el círculo a dos madres de Salud Pública y a una estudiante trabajadora, perteneciente a Educación.
«Es decir, otorgaron tres plazas de círculo infantil, y yo no fui incluida. Formulé una queja en el Gobierno, por lo que se vieron obligados a darme una respuesta formal. Finalmente me otorgaron una plaza en la casita infantil del Inder, la cual no tenía aún fecha de apertura, hasta que el 23 de agosto de 2024 fue inaugurada bajo miles de problemas.
«En todo el tiempo transcurrido, me vi obligada a coger los meses de licencia sin sueldo, porque no tenía quien cuidara de mi niño. Luego me busqué una cuidadora. Al ver que pasaba el tiempo y no tenía una respuesta positiva, independientemente de que ya tenía una plaza otorgada en la casita, seguí llamando al Departamento de Primera Infancia con la compañera Miladys Rodríguez, para ver la posibilidad de incorporar a mi niño al círculo infantil. Y todo fue en vano.
Yanisel se ha quejado con el Presidente del Gobierno municipal, en las direcciones municipal y provincial de Educación, entre otros.
La casita infantil debía comenzar a recibir los niños el 2 de septiembre, y allí no se personó nadie, señala. Para colmo, habían decidido no comenzar ese día porque había tupición y no llegaba el agua. ¡Después de un año y más, fue que se dieron cuenta de dicho problema! Allí, añade, no hay condiciones para tener un niño, empezando porque no tienen alimentación asignada. Hay que llevarlo todo de la casa. No hay ventilación, y para colmo, no hay refrigeración, donde los alimentos de los niños puedan ser conservados. Hasta el agua que va ser consumida por el niño hay que llevarla.
El personal docente no está completo desde el inicio, expresa, ya se han visto en la obligación de llevarse los niños de allí, por problemas organizativos.
«Entonces, dice, ¿quién le pone el cascabel al gato en esa situación? Tengo más argumentos para dar, pruebas del mal funcionamiento de varias personas que no hacen su trabajo como tiene que ser, y de varias personas que tienen que ver con esto y no acaban de solucionar el problema.
«La comisión que hace el otorgamiento, que supuestamente se reúne mensualmente, no tiene argumentos que me convenzan del porqué, en su momento, no me fue otorgado el círculo infantil, pues laboro en un sector priorizado…
«Quisiera, por favor, que alguien me explique. No alguien de mi municipio, sino otra persona facultada a nivel nacional, que me diga si estoy en mis razones o no. Me encuentro bastante indignada.
«Me cuestiono de qué vale ser una trabajadora intachable, con tantos años de servicio, y dando el paso al frente cada vez que se me necesita. De qué me vale haber aportado a esta sociedad mi granito de arena. Sin embargo, hay quienes no han aportado nada a esta sociedad, incluso en sus casas sin tener un trabajo, y tienen a sus hijos en el círculo infantil», concluye.