Acuse de recibo
La aciaga noche del 28 de enero de 2019 el tornado que se ensañó sobre La Habana derrumbó la vivienda de Belkis Rosa Rivelles Ortiz y Antulio Leoncio Pérez González, en el municipio capitalino de Diez de Octubre. El matrimonio de septuagenarios quedó bajo los escombros por más de dos horas, hasta que un vecino y los jóvenes del Cuerpo de Bomberos los rescataron.
Lo perdieron todo, pero salvaron la vida. Días de sanación internados en hospitales; después albergados en la casa de su hijo, Keurys Pérez Rivelles, a la espera de soluciones. No faltaron la solidaridad y los donativos. Y ya en abril de ese año recibieron la llave de un local convertido en vivienda en Serafines, No. 20 A, entre Rabí y Calzada de Diez de Octubre.
Pero el 12 de abril de 2022, tres años después, Belkis Rosa revelaba aquí los estragos de otro tornado más terrible y lento, el del burocratismo insensible: «Qué decepción para dos ancianos jubilados que llevamos ya esperando tres años para que nos den la propiedad del local hecho vivienda. Al no tener aún propiedad, no tenemos dirección del lugar. La bodega, panadería, agro, farmacia y todo debe ser tramitado por la dirección de la casa derrumbada… Gracias a nuestro hijo, que se ha vuelto un mago atendiendo en medio de la situación pandémica las dos casas la suya y la nuestra, es que hemos podido sobrevivir. De la casa actual a la dirección anterior hay aproximadamente cuatro kilómetros.
«Ambos tomamos medicamentos controlados, situación que ya hoy resolvimos, pues hace poco tiempo nos pudimos trasladar de farmacia. Nunca más se ha podido comprar el pan de la cuota, ni la papa y otros productos. Hemos perdido varias veces los cárnicos congelados, pues siempre ponen una fecha de vencimiento y en muchas ocasiones no nos enteramos. Mi hijo ha hecho un esfuerzo por ayudar, pero a veces no puede. Y mi esposo, caminando, tiene que hacer el trayecto y traer los productos que, aunque no son muchos, pesan. Entendemos que la pandemia ha afectado muchas cosas, ¿pero hacer unos papeles llevará tres años de elaboración? Nadie de este municipio ha ido a preguntarnos cómo estamos, qué problemas tenemos, qué pasa con la documentación».
Sí, porque cuando les dieron el nuevo habitable, fueron a la Dirección Municipal de la Vivienda (DMV) de Diez de Octubre a entregar los papeles que les solicitaron para elaborar la propiedad. En julio de 2021 el hijo se entrevistó con las máximas autoridades del municipio, además del Director de la Vivienda. Y fue a Ordenamiento Urbano (otrora Planificación Física), donde se pronunciaron por resolver el problema. En febrero de 2022 Vivienda y Ordenamiento Urbano les visitaron, pero al publicarse su historia aquí, aún no tenían respuesta.
«¿Habrá sensibilidad de los problemas en quienes dirigen este municipio? Hemos esperado pacientemente la solución, pero ya no es posible seguir esperando y no denunciar lo mal hecho», concluía.
El 21 de septiembre de 2022, más de cinco meses después de la publicación del caso, respondió a esta columna Yudelis Morales Fuentes, directora municipal de la Vivienda en Diez de Octubre: «Para el local de Serafines 20 se solicitó habitable desde 2019 y no se pudo emitir por restricciones urbanísticas. Después de conciliar con los especialistas de la materia, se volvió a tramitar por solicitud del recurrente, y nos encontramos en espera de dicho documento, el que debe ser emitido por la Dirección de Planificación Física para proseguir con la legalización del inmueble. Le pedimos nuestras más sinceras disculpas por la demora en la resolución de su problemática».
Y a estas alturas acaba de llegar una carta de Keurys Pérez Rivelles, hijo de los tramitantes y residente en calle Pasaje Este 58, entre Lacret y Luis Estévez, Santo Suárez, municipio de Diez de Octubre:
«Caso de vivienda de mis padres, aún en lo mismo, peor si se tiene en cuenta que son más viejos y los problemas son mayores. Esto es una falta de respeto total. Llevamos cuatro años intentando que nos legalicen un local que les dieron, he esperado pacientemente y nada, no tengo a más nadie a quién acudir aquí en Diez de Octubre, incluso fui a Vivienda provincial. Te aseguro que si te cuento lo vivido en estos cuatro años, súmale la COVID, es otro tornado más donde casi pierdo a mis viejitos».
«Lo que no me parece correcto es que hace un año mi madre escribió una carta, y los que deben responder y resolver estén como si nada; o mejor dicho, como si ya se hubiera resuelto el problema planteado», concluye.