Acuse de recibo
DESDE Bartolomé Masó en la provincia de Granma, específicamente en la calle Bartolomé Masó, No. 27, entre Titá Calvar y Ángel Verdecia, reparto Ramón Paz, escribe el doctor José René Macías Rodríguez, especialista en Medicina General Integral y Medicina Física y Rehabilitación, quien ejerce en la Sala de Rehabilitación Integral del policlínico Bartolomé Masó de esa localidad.
Él cuenta que, ante el proceso inflacionario que se vive hoy, hace dos o tres meses intentó solicitar una licencia para trabajo por cuenta propia en una actividad tan necesaria como la elaboración de materiales de la construcción, en sus horas libres y sin que afecte la calidad y los resultados de su profesión.
En la sede de la Oficina Nacional de Administración Tributaria (ONAT) allí le informaron que como es médico no se le puede otorgar la licencia. Y en la Dirección Municipal de Trabajo y Seguridad Social le comunicaron que no era posible, porque en el artículo 30 del Código del Trabajo vigente se norma que los profesionales y técnicos de la salud y otros profesionales, cuadros y dirigentes no pueden tener otras remuneraciones.
José René consultó el Código y, efectivamente, reza en el artículo 30: «Los cuadros y funcionarios; técnicos y profesionales de la salud y la investigación; maestros, profesores, contralores y auditores, no pueden desempeñar otro cargo o empleo remunerado, con excepción de los cargos docentes, de investigación científica u otros que les sean aprobados por decisión expresa de la autoridad u órgano que los designó, eligió o contrató, según el caso, de lo que deben cerciorarse las autoridades facultadas, antes de concertar el contrato».
Y el doctor añade: «Hubo una flexibilización sobre el trabajo por cuenta propia que al parecer no nos alcanzó a nosotros. Comprendo que las leyes fueron hechas para ser cumplidas, pero también pienso que hay leyes que deben ser revisadas, cambiadas o modificadas. Entiendo que los profesionales de la Salud no deben ejercer trabajos por cuenta propia en sus especialidades, pero fuera de su horario de trabajo estatal y para ejercer otras actividades no afines a su profesión pudiera permitirse.
«Nosotros, con el trabajo por cuenta propia, mejoramos en primer lugar nuestra situación económica, que con el grado de inflación actual es insuficiente incluso para las necesidades básicas. Además, se aporta al fisco y con ello a las arcas estatales, se crean nuevos puestos de trabajo y se ofertan bienes y servicios demandados por la sociedad.
«No entiendo por qué unos sí y otros no. He conocido que a los médicos que poseen medios de transporte se les ha permitido realizar trabajos de transportación por cuenta propia. Entonces, ¿por qué no podemos desempeñar otras actividades los demás, con condiciones para ello? Elevé mi inquietud en asamblea del sindicato de mi trabajo y escribí al Ministerio del Trabajo y Seguridad Social, pero no he tenido respuesta, aunque tanto en la Dirección Municipal de Trabajo y en la ONAT fui atendido muy profesionalmente», concluye.
Observador por excelencia, Rolando J. Rizo Oliva (San Gregorio No. 114-C, Víbora Park, Arroyo Naranjo, La Habana) descubrió el pasado 23 de septiembre que el banco de transformadores de alto voltaje a nivel de la tierra, en la primera entrada del reparto Sierra Maestra, carretera de Santiago de las Vegas a Managua, en Boyeros, tiene la puerta de la reja de la cerca perimetral abierta, rota y tirada a un lado.
Aparte de la grave desprotección que ello supone, añade un elemento muy preocupante: aquello allá adentro está rodeado de hierba alta y casi seca, proclive potencialmente a un incendio, ya involuntario, por descuido, o con mala intención para provocar daños a la economía, señala.
¿Y quien tiene que velar por ello no se ha enterado?