Acuse de recibo
«Mientras la dirección de nuestro país aboga por pagar al productor lo más rápido posible, y ha tomado medidas prácticas para ello, todavía en la base, el municipio, la burocracia, la indolencia y la falta de sensibilidad son cotidianamente la regla y no la excepción», afirma el campesino Francisco Reyes Rosa, desde la localidad La Anita, en el municipio holguinero de Banes.
Cuenta que el 9 de diciembre de 2021 vendió una yunta de bueyes de su propiedad al matadero de ese municipio, perteneciente a la UEB Agropecuaria, por un valor de 26 700,33 pesos. Y dicho importe debía cobrarlo a través de la cooperativa de crédito y servicios (CCS) Regino Guerrero.
Al siguiente día de la venta, entregó a la económica de la CCS las dos boletas que le fueron entregadas, para que esta gestionara el cobro. Pero han transcurrido ya más de 90 días y todavía no se vislumbra siquiera cuándo él podrá cobrar.
Refiere Francisco que ha ido en varias ocasiones a la CCS a interesarse por el estado de su venta, y siempre recibe como respuesta que debe seguir esperando.
«¿Hasta cuándo?, pregunta. Si vendí, es porque necesito el dinero, el cual es fruto de mi duro trabajo. ¿Con qué dinero puedo solventar las necesidades mías y de mi familia, más cuando soy un adulto mayor de 69 años de edad, con un trasplante de cadera y otros problemas de salud?».
Cada vez que un campesino sufre impunemente el impago de sus ventas, se está comprometiendo el vuelco que debe dar la producción agropecuaria, la tarea más urgente y estratégica del país. Algo aleccionador tiene que suceder, para que no se juegue tan festinadamente con el sacrificio de quien trabaja la tierra.
María Felicia Lugones Borroto (Alday no. 359, Edificio 1, apto. 23, entre Escambray y Florida, reparto Vieja Linda, Arroyo Naranjo, La Habana) relata que su teléfono está fuera de servicio aproximadamente ¡hace tres meses!
Aún así, ella ha estado pagando el servicio puntualmente, pues le informaron que debe hacerlo. Ha reportado el asunto en varias ocasiones por el 114, y la operadora le dice que basta con una sola vez que lo reporte.
Fue a la oficina comercial de Etecsa en Aldabó, adonde le corresponde. Y allí le dicen que es un problema del par. Habló allí con un compañero de apellido Chacón, quien le dijo que eso era problema de Rafaelito (el jefe de Cable), quien a su vez le atendió de forma muy amable y le aseguró que resolvería el problema.
«Ante el tiempo transcurrido y ver que no se ha hecho nada, hice una queja al 118, con el número 5172. Mi hija escribió al sitio de reclamaciones de Etecsa para atención a clientes. Y aún sigo sin el servicio. Tengo 78 años y vivo sola. Esa vía es la que utilizo cuando tengo una necesidad, y así poder llamar a algún vecino u otra persona para que me auxilie».
Rayluis Sánchez Sifontes (calle E, edificio 1, apto. 1, Lugareño, Minas, Camagüey) cuenta que en octubre de 2021 compró un aire acondicionado tipo split en una tienda MLC de su provincia. Pero aún no dispone del servicio eléctrico de 220 voltios para echar a andar el equipo.
Fue a la oficina de la Empresa Eléctrica en su localidad, e hizo la petición de la 220. Y allí le explicaron muy amablemente que hay una larga lista de personas solicitando ese servicio, y no hay contadores en el país.
A los pocos días, fue un inspector a su domicilio. Verificó las condiciones y le aprobó la solicitud. Eso fue hace varios meses, y aún no le han instalado la 220.
«Mi inquietud, refiere, es que el equipo tiene un tiempo de garantía, y lo estoy perdiendo sin poder darle ningún tipo de uso. Me entero que hay personas que llevan dos años esperando por dicho servicio con split y todo montado. Han perdido la garantía y aún nada.
«No entiendo cómo es posible que vendan equipos de 220 y no haya cómo poner el servicio al consumidor. Si cuando me pongan la 220 no sirve el split, ¿qué hago yo si ya no tengo a quien reclamar cambiarlo ni nada?», concluye.