Acuse de recibo
Es vergonzoso que a estas alturas devele quejas que debían ser «agua pasada», como la de Silvia Valedón Lagresa, residente en Ramón López Peña 48, Esmeralda, Camagüey, quien escribe en nombre de socios de la cooperativa de crédito y servicios (CCS) Lázaro Peña, que siguen esperando que la Empresa Pecuaria les pague un ganado que ellos le vendieron en el año 2000.
Refiere que dicha entidad fue sometida a una auditoría, y se le detectaron irregularidades que conllevaron a un proceso jurídico que aún no ha concluido.
«Y no se nos paga, dice. Nos esforzamos por cumplir nuestros planes de entrega de carne y leche, pues si no, automáticamente te bajan el precio. ¿Y quién cumple con nuestro pago? ¿Por qué pagar por el descontrol, desorden y la falta de fiscalización de otros? Hemos pedido respuesta a todas las instancias del municipio y a veces las respuestas han sido risibles. Esperamos que esta vez nos oigan, pues es bien conocida la situación económica, con los altos precios», concluye.
Seguramente, quienes en la Empresa Pecuaria no cumplen con el pago a esos campesinos sí están cobrando sus salarios…
Jorge Luis Puentes Calzadilla (Calle 21 no. 4611, entre 46 y 48, Playa, La Habana) cuenta que la tienda de 5ta. y 42, en ese municipio, lleva tres semanas con problemas en el servicio de POS, por falta de conexión, según le reveló un trabajador de esa unidad.
Afirma Puentes que el pasado 16 de octubre, tras entregar 104 tickets en la cola, solo se atendieron a 20 clientes por dichos problemas de conexión. La gerente acotó que Fincimex tenía problemas con sus servidores.
«Había personas desde las 5:00 a.m. Me cuentan que muchas tiendas están así. Quisiera saber qué está sucediendo, y la solución prevista», concluye Puentes.
Con 71 años y varias dolencias al igual que su esposa, Luis Orlando Reyes está inquieto con la comercialización de medicamentos en la localidad avileña de Morón, donde vive en el Edificio 8, apto. 29, en Micro Norte. Sí, pues desde agosto pasado la Empresa de Farmacias y Ópticas estableció que la venta de medicamentos se haría solo con el concurso de mensajeros voluntarios, y se prohibía la habitual manera presencial.
Entonces, se presentó en el edificio una persona para recoger los tarjetones y recetas, pues se encargaría de la compra. Pasaron varios días, y sin información, Reyes la visitó. Ella no había comprado nada. La farmacia había cambiado las orientaciones, y no seguiría como mensajera. Se quedaron sin medicamentos ese mes. En septiembre fue otra, y le vendieron el 50 por ciento de los controlados. Dijo que no continuaría. Y en octubre ya se vendieron las medicinas y nadie fue a recoger los tarjetones.
«En tres meses solo hemos podido adquirir 30 tabletas de Enalapril (a pesar de haber en existencia) de 180 que debíamos consumir, afirma. Lo mismo sucede con otros. Similar situación presentan muchas personas, existiendo un malestar bastante generalizado entre la población.
«Cuando pensé que se restablecería la situación, con indignación escuché el 13 de octubre en Radio Morón una entrevista a una directiva de la Empresa de Farmacias, en la que refiere los resultados positivos de la aplicación de mensajeros. Y que había llegado para quedarse».
«Es contradictorio que los mensajeros sean voluntarios y la compra sea solo por ellos. Si no tienes mensajero no tienes medicamentos. Se recomienda que las personas gestionen los suyos, ya que en muchos lugares no hay. Y habrá menos a medida que las personas se reincorporen a sus trabajos. No podemos ir a terceras farmacias pues tampoco nos venden, ni tenemos dinero para comprar a los revendedores. Estamos indefensos.
«¿Que facultades legales tiene la Empresa de Farmacias y Ópticas para prohibirnos la compra de los medicamentos? ¿Puede sancionarnos y castigarnos a no poder comprar los medicamentos que nos han indicado los médicos? No podemos olvidar que el enemigo busca desestabilizar la Revolución promoviendo insatisfacciones e irritación en la población. Hay que analizar muy bien las medidas que se adoptan y sus consecuencias… A Cuba hay que ponerle corazón… y cerebro».