Acuse de recibo
El pasado 18 de mayo, desde el municipio habanero de Cerro, Reinaldo Anduiza Pena contó aquí que el 17 de abril de 2021 una trabajadora de Aguas de La Habana comprobó que su contador funcionaba bien, y le informó que debía 1214.85 pesos por lectura de consumo del 14 de abril, y otros más de 300 de anterior factura, que él desconocía.
Sostenía que, si fuera real, no debía enterarse así, sin conocimiento previo de cómo y cuándo se hizo la lectura. Cuestionó que se aplique tarifa tan alta sin una idónea divulgación. Y que recibiera un comprobante en enero de 26,35 pesos, habiendo pagado el sexto bimestre de 2020, y fuera un corte, según ellos, entre la vieja facturación y la nueva tarifa, sin explicación alguna, para luego decirle que pertenece al período de diciembre de 2020. Censuraba que tarifa tan fuerte y progresiva se aplique cada dos meses, cuando el salario es mensual y no progresivo, y las estimulaciones son trimestrales.
Acotaba que desde entonces lee el contador diario, no usa la lavadora, limpia cada diez días y hasta descarga el inodoro después de varios usos; pues la norma está muy apretada. Fue a la empresa en Palatino a abonar los 300 y tantos pesos y no los pagó, pues le dijeron que aún no ha salido el comprobante del primer bimestre. Y eso es falta de claridad. Tenía que estar impreso, aunque no se haya repartido por otras justificaciones, concluía.
Así, responde Halina Guerra Castro, jefa del departamento de Atención al Cliente de Aguas de La Habana, que el propio 18 de mayo se visitó al cliente, y se debatió con él las vías utilizadas para informar a la población sobre las nuevas tarifas. Se comprobó que él contaba con una tabla con estas, facilitada el día en que visitó la oficina comercial.
Añade que en la facturación de abril, correspondiente al consumo febrero-marzo, una vez hecha la lectura del contador, se detectó una variación por encima del consumo promedio del cliente. Se ordenó la visita de la inspectora, para comprobar si el reloj estaba roto o había salidero, y se comprobó que no. Se habían consumido 71 metros cúbicos, por encima de la media histórica de Reinaldo, que es de 54 metros cúbicos por bimestre. Y se le alertó del sobreconsumo.
Explica que la facturación bimestral comenzó en 2006 en los ocho municipios del centro-oeste de la capital. En febrero se facturó el consumo de diciembre (con la tarifa anterior) y enero (con la actual), y así bimestralmente a lo largo del año. Y ratifica que, aunque la facturación es bimestral, no es obligatorio el pago total de una vez; es posible pagar la mitad de la factura cada mes al lector cobrador o en la oficina comercial. Allí, incluso, para importes elevados, se puede hacer convenio de pago en tres partes.
Se le informó también al cliente que puede pagar por los canales que tiene la empresa: Transfermóvil, Telebanca y cajero automático; y que se trabaja en implementar los pagos parciales a través de las pasarelas de pago y de la página web de Aguas de La Habana.
Refiere que en la visita del 18 de mayo, la lectura del metro fue de 1298 metros cúbicos, lo cual restado a la del 12 de abril dio un consumo de 16 metros
cúbicos. Y se le explicó a Reinaldo que la norma para un cliente residencial es de 225 litros/día por persona; por lo que la norma en 60 días para dos personas, que es su caso, es de 27 metros cúbicos. Y equivale, por la nueva tarifa, a 122.85 pesos el bimestre. A partir de ahí, sí aumenta la tarifa progresivamente.
Revela Halina que se informó a Reinaldo que la empresa tiene un cronograma de lectura y facturación que incluye la inspección para la revisión por desviación de consumos previa a la emisión de la factura. Y en el caso del lote de lectura del reparto donde él reside es los días 12 cada bimestre.
Se le dio la posibilidad al cliente de enviar por teléfono a la oficina comercial la autolectura de su metrocontador, procedimiento aprobado en la empresa. Y se le facilitaron los números de teléfonos de la oficina comercial y de los directivos que le visitaron para que, de ser necesario, pueda tener respuesta inmediata a cualquier interrogante. Y Reinaldo Anduiza Pena firmó constancia de su conformidad con la respuesta, concluye.