Acuse de recibo
¿Qué vamos a esperar con los artilugios de las modernas tecnologías de la información, si con los viejos teléfonos hay quienes no satisfacen las necesidades de información de los ciudadanos a quienes deben servir, y los obligan a caminar para corroborar, con los métodos presenciales de hace siglos?
Hipólito García Palacios (Edificio 15-E, apto. 2, Villa Panamericana, La Habana) considera que, con más razón en las actuales circunstancias de aislamiento por la Covid-19, y de escasez de medicamentos, los empleados de las farmacias debían responder siempre los teléfonos, porque esas llamadas se hacen para saber si hay tal o más cual medicamento. Y en caso de que no lo hubiera, tienen el deber de localizárselo a quien lo necesita, en otra unidad.
«Aunque esto se debe realizar permanentemente por algún empleado de la farmacia, expresa, no siempre se cumple, y nos obligan a trasladarnos al menos a dos o tres farmacias para ver si existe el que necesitamos, lo que es peor en el caso de personas de la tercera edad, como yo, con 76 años».
«Hace dos días estuve llamando a todas las farmacias de Plaza, Centro Habana y Habana Vieja, durante casi dos horas pegado al teléfono. Y al final tuve que ir al otro día a la Dirección Provincial de Salud Pública, donde lo primero que me informaron es que eso era obligación de la farmacia. ¿Quién hace cumplir lo que está establecido de años?».
Miguel Mendoza Mendoza (Calzada de San Miguel del Padrón no. 1422, entre 3ra. y Manuel González, Reparto La Rosalía, San Miguel del Padrón, La Habana) cuenta que desde el 13 de junio pasado hasta este 7 de septiembre de 2020 ha enviado al departamento de aisremesascuba.com por medio del correo info@aisremesascuba.com, un total de 22 correos, en solicitud de ayuda para transferir un dinero que tiene depositado en el Banque Atlantique de Benín a una tarjeta AIS que solicitó a Fincimex en octubre de 2019. Y no ha recibido respuesta.
El 20 de agosto Miguel recibió una notificación que decía: Si usted se ha comunicado con nosotros anteriormente, no hemos recibido sus mensajes. Le pedimos disculpas y le sugerimos se comunique con nosotros a través de ese mismo correo y lo atenderemos con mucho gusto.
«Desde el 20 de agosto hasta la fecha he enviado seis correos, afirma, y por respuesta el silencio. Soy cliente de Fincimex y creo tener derecho a recibir un trato justo y respetuoso. Le he entregado todos mis datos personales, que incluyen nombre y apellidos, número de la tarjeta AIS, sitio web de la tarjeta, dirección particular y correo electrónico. No me han respondido porque no han querido», concluye.
Yaneris Peña (Velasco no.29, Vázquez, Puerto Padre, provincia de Las Tunas) tiene un hijo de 13 años, postrado, con una parálisis cerebral. Y ya eso es suficiente para que cualquier atención institucional sea expedita, por la sensibilidad que implica el caso.
Cuenta ella que hace unos seis años solicitó un subsidio para la vivienda, que tiene serios problemas. Y hace dos meses, después de tantas carreras, al fin se lo aprobaron. Hace 50 días fueron a hacer el trámite para el esperado subsidio, y le dijeron que tenía que ir el arquitecto de la comunidad para hacer el proyecto.
«De eso hace 50 días, refiere, y ahora nos dicen en el Gobierno municipal que no hay arquitecto, que hay que seguir esperando. ¿Hasta cuándo tanta irresponsabilidad?», pregunta Yaneris, una madre con tantos apremios y tensiones, que merece una atención muy puntual y sensible.
Si en Puerto Padre la Dirección de la Vivienda no tiene arquitecto, ¿el Gobierno municipal no puede hacer una gestión con cualquier municipio cercano, o en la provincia, para que eventualmente les presten ese servicio?