Acuse de recibo
Desde Los Indios, en el consejo popular Cananova, del municipio holguinero de Frank País, Mineralina Palmero Cardoza cuenta que en 2012 solicitó un subsidio para mejorar su vivienda al Consejo de la Administración Municipal. Y sigue en las mismas, a pesar de que vive en muy malas condiciones: piso de tierra y paredes de yagua, techo de fibro y guano.
«Tengo un hijo de 26 años que es retrasado mental, diabético y además padece una alergia crónica; esto último lo mantiene siempre con grandes infecciones respiratorias y asma bronquial, afirma. La hermana es asmática y el otro varón también es diabético y tiene un soplo funcional de nacimiento.
«Durante estos ocho años de espera he visitado cada mes el gobierno y mis esperanzas quedan cada vez más destrozadas. Hace aproximadamente dos años, en una de mis visitas al gobierno el presidente del CAM dijo, y cito textualmente: “Uno de los casos que yo quiero aquí en mi buró es el de ella”.
«En esa oportunidad él mandó a llamar al director municipal de la Vivienda y al de Asistencia Social, y les pidió que me visitaran para que valoraran mi caso. El de la Asistencia Social lo hizo (eso fue todo). Poco tiempo después se grabó en Frank País el programa Al corriente, de la emisora provincial Radio Angulo. Me enteré y fui al programa en el cual fui entrevistada, me visitaron y vieron en la crítica situación que vivo, tomaron fotos y quedaron en darme una respuesta.
«Dos años llevo esperando y nada. El 11 del presente mes hice mi última visita al gobierno, donde el compañero que me atendió mostró las fotos que tomaron dos años antes. Dijo que no se han olvidado y que el 25 de agosto próximo el CAM sesionaba y entonces se verá a quién se le aprobará el subsidio según el orden de prioridad.
«Si ese compañero regresara dos años después de las fotos, sería el estado de mi vivienda el mismo. ¿Por qué si mi caso es crítico y hace dos años el presidente del CAM dijo que lo quería sobre el buró, todavía mi subsidio no ha sido aprobado? ¿Realmente mi caso sería puesto sobre el buró? De quién ha sido el olvido?», concluye Mineralina.
La pandemia lo ha virado todo al revés, al punto de que trabajadores del sector privado, con elevados ingresos por encima de la media de la sociedad, pueden estar actualmente pasándola mal, sin la protección del que labora en el sector estatal.
Tal podría ser el caso que alerta Alejandro Lamadrid Alfonso, quien reside en Avenida 35, No. 2207, apto. 17, entre 22 y 26, en La Sierra, municipio capitalino de Playa. Alejandro escribe en nombre de varios choferes de la Agencia de Taxis 9 de la capital que, como él, tienen licencia de autos clásicos, pero no trabajan desde que la COVID-19 paralizó el turismo internacional.
Precisa que, dado que demorará la apertura del turismo internacional en la capital, ellos están en su casa sin ningún ingreso, «pero dispuestos a colaborar con empresas, organismos o instituciones que requieran del servicio de transporte en apoyo ante la COVID-19, como se ha hecho con los autos de confort o taxis amarillos».
Refiere que entre el 4 y el 14 de agosto, él ha permanecido enviando mensajes a las páginas de Facebook y Twitter, tanto del Ministerio de Transporte como de Taxis Cuba, que es la empresa que los representa, «haciendo solicitudes de algunas ofertas de trabajo o de respuestas que satisfagan nuestras inquietudes. Y solo he recibido respuestas de Taxis Cuba, haciendo referencia a que próximamente se sumarán los autos clásicos a la opción de taxis de recogida, pero sin obtener una respuesta concreta».
Afirma que «del Ministerio de Trabajo no hemos recibido respuesta por ninguna vía; por favor, lo que necesitamos es que nos tengan en cuenta y que nos den ofertas de trabajo, ya que nuestra misión o razón de ser, que es brindar servicio al turismo internacional, va a demorar en reabrir», concluye.