Acuse de recibo
El pasado 20 de mayo, y desde la ciudad de Guantánamo, Yelaine Hodelín contó que su bebé tiene cardiopatía congénita compleja y fue operada tres veces, presenta agenesia del cuerpo calloso y glaucoma congénito. La niña tiene asignada dieta, pero pocas veces se podían adquirir las viandas, por no disponibilidad.
El 14 de mayo, añadía, llegó malanga para dietas a la placita El Naranjo. El tío de Yelaine fue a comprarla, y se la negaron porque «se había vencido la dieta desde el 30 de abril». Al otro día fue la madre de Yelaine, y el dependiente repitió lo dicho. Ella le explicó que por la COVID-19 el Gobierno había prorrogado las dietas, y él, que sus superiores nada le habían comunicado. Los presentes aclararon que en la Mesa Redonda lo habían informado. Él respondió que, aunque fuera cierto, ya no quedaba malanga.
«A dos meses de epidemia en nuestro país, añadía Yelaine, ¿cómo pueden tener a personas tan desinformadas trabajando con el público? Y mucho más cuando hay niños con diversas patologías que necesitan una buena alimentación». Y cuestionaba por qué si a las 8:00 p.m. de ese día quedaba un saco de malanga, a las 7:00 a.m. del siguiente no quedaba nada «¿Quién responde por eso?, añadía, ¿quién es el encargado de hacerle saber oficialmente que es cierta la prórroga de las dietas? Mientras siga esa ignorancia conveniente, mi niña se quedará sin dieta cada vez que llegue vianda», concluía.
El 29 de mayo respondió Yohanky Correoso, director de la UEB Acopio Guantánamo: En El Naranjo, conocieron que el dependiente nada tiene que ver con la venta por dieta, pues esta solo la asume el administrador, quien no estaba por problemas de salud. «Es por eso, dijo, que la explicación de los pormenores de la dieta el trabajador la desconocía. Y tomándose facultades que no le estaban conferidas dio una explicación incorrecta». Y añadió que a Yelaine sí le correspondía adquirir la malanga para las llamadas dietas especiales.
Acotó que se disculparon con ella, le explicaron lo sucedido, y prometieron que el 23 de mayo le harían llegar los productos demandados.
Este redactor comentó entonces que la administración de la unidad debía haber dejado claro el procedimiento, para que, en su ausencia, no se niegue a un bebé lo que le corresponde. También alerté que la respuesta no esclarecía el porqué, como decía Yelaine, muchas veces no adquiría la dieta por no disponibilidad; ni por qué, a las 8:00 p.m. de ese día había malanga, y no así a las 7:00 a.m. del siguiente.
Ahora responde Nelson Concepción de la Cruz, presidente del Grupo Empresarial de Acopio, que «le asiste razón a la redacción al precisar que en la respuesta ofrecida no se agotaron la totalidad de los elementos que debieron ser esclarecidos». Y precisa que una comisión se entrevistó con Yelaine, el dependiente y la administradora de la unidad; y constató que «la información ofrecida a los familiares de Yelaine resultó incorrecta e impidió que, en correspondencia con la dieta médica, fueran adquiridos oportunamente los productos destinados para la alimentación de la menor según la patología que padece, lo que resulta inadmisible».
El 25 de mayo, añade, le entregaron la dieta a Yelaine en su hogar. Se declaró la queja con razón, y el 3 de junio «fue aplicada medida disciplinaria No. 36/20 al infractor, consistente en traslado temporal a otra plaza de menor remuneración o calificación, o en condiciones laborales distintas por el término de un mes al amparo de lo regulado en el artículo 149 inciso d) de la Ley 116 Código del Trabajo. Y fue generalizado el análisis educativo del suceso para que hechos de esa naturaleza no se repitan».
Aclara que se corroboró documentalmente que 2,11 quintales de malanga por dietas médicas se recibieron esa vez, y se mantuvo en existencia el producto hasta el 17 de ese mes. Y en cuanto al abastecimiento para dietas según Yelaine, indicó que «se realiza de acuerdo con la disponibilidad mensual de viandas y hortalizas». Y reprodujo la cantidad recibida en los primeros cinco meses de 2020, desglosada por mes. Y solo en mayo se distribuyó malanga.
Agradezco esta segunda respuesta, que de alguna manera confirma los vacíos de la primera. Solo queda la duda de si era cierto lo planteado en cuanto a que el dependiente no tenía asignado despachar las dietas médicas, ni le habían informado las medidas de prórroga de estas. Porque de ser así, la administradora tendría también responsabilidad, al no prever lo que podría suceder en su ausencia.