Acuse de recibo
La carta de Luis Alberto Aguirre Lugones (Barrio La Presa, s/n, Manicaragua, Villa Clara), no era de las que portan preocupaciones individuales, sino de las que recogen el sentir de muchos y ahondan en los procesos sociales.
Se quejaba el lector —en misiva que reseñé el pasado 26 de mayo— de que la secundaria Obdulio Morales Torres, del Plan Turquino manicaragüense, cayera en el saco sin fondo del abandono, toda vez que el inmueble había sido afectado por el huracán Irma y la solución declarada había sido: cierre, demolición y reconstrucción.
Le alarmaba al villaclareño que a la altura de abril de 2018 todavía los padres de los alumnos del centro no habían recibido con claridad explicaciones sobre el futuro de este; ni sobre qué se había hecho con los materiales extraídos de la entidad escolar.
Y temían los lugareños que con la secundaria terminara pasando lo mismo que con el preuniversitario de la zona, una formidable construcción que fue cerrada en sus funciones hace años.
Al respecto contestan Lien O’Farril Mons, máxima autoridad en la Dirección Provincial de Educación (DPE) en Villa Clara, y Deysi Díaz Triana, inspectora de Atención a la Población de dicha instancia.
Rememoran los funcionarios que en septiembre de 2017, luego de una multifactorial evaluación de las condiciones del centro, se decidió que este no abriera y efectuar «reordenamiento de su matrícula en el internado de primaria Mártires de Chile. Para cumplir esta medida se realizaron acciones constructivas en el centro receptor, (…) ubicado a menos de 300 metros de distancia, para mejorar las condiciones de vida de los educandos (…): reparación de duchas, baños, redes eléctricas y cierre de paredes».
La decisión —sostienen los directivos— se basa sobre todo en un estudio llevado a cabo por especialistas del Citma, en el que «se declara que la escuela, como instalación no residencial, está enclavada en un área de peligro de deslizamiento (…), razón por la cual en el proceso de preparación de la obra (futura) se solicita microlocalización para construir la instalación en otro lugar con menor vulnerabilidad».
Las proyecciones de la Dirección Municipal de Educación (DME) incluyen en el Plan de Mantenimiento y Reparación comprendido entre 2019 y 2021, «la reparación total del inmueble que pertenece a la escuela Obdulio Morales y crear un centro mixto único de referencia (inferimos que relocalizado), con las matrículas de Primaria y Secundaria Básica en el Turquino», informan los representantes de la DPE.
En lo referido a los recursos y materiales que se extrajeron de la institución, aclaran que «unos se transfirieron al concentrado de primaria Mártires de Chile, lugar donde se albergan los estudiantes internos, y otros se utilizaron en la reparación de las escuelas afectadas por el huracán Irma, con la documentación certificada por contabilidad». Estas decisiones —especifican— competen a la DME con el visto bueno del Gobierno municipal.
Explican además los funcionarios que el pasado 11 de abril, el Vicepresidente del Gobierno municipal que atiende el Plan Turquino y el Director de la DME efectuaron reunión con los padres de los alumnos de la zona, en la que se les brindó la argumentación de los procederes empleados.
Y sobre el cierre de la institución de preuniversitario en la montaña, refieren que fue una decisión adoptada en 2007 «debido a la baja matrícula y la situación compleja de la cobertura docente en esta enseñanza en el Turquino. La matrícula actual de preuniversitario es de 26 estudiantes y están reordenados (…) en el centro mixto Alberto Delgado Delgado».
Ya casi sin espacio, agradezco la respuesta y solo espero, como los lugareños de Manicaragua adentro, que el Plan de reparaciones y mantenimiento 2019-2021 se ejecute en todas sus proyecciones y emerja nuevamente, y mejor, un centro que es innegable conquista social en ese territorio. A la ciudadanía toda, con las autoridades de Educación al frente, toca reclamar que así sea.