Acuse de recibo
Adriana Londres González (Calle 164 No. 508 e/ 5ta Avenida y 17A. Siboney, Playa, La Habana) hizo el contrato para una cuenta Nauta Hogar de internet. Y aunque es un gran esfuerzo para un trabajador, dado su costo, ella se felicitó.
Pero señala que «las condiciones que impone Etecsa hacen aún más difícil el hecho de hacer el contrato». Y argumenta que hay falta de información, al no aclarar que los sábados no se realizan esos contratos en las oficinas comerciales. «¿Qué pasa con las personas que de lunes a viernes les resulta imposible llegar tarde o salir más temprano de sus centros laborales, si incluso les imponen fecha límite para el contrato?», enfatiza. Y cuenta que en su caso fue avisada el jueves 19 de abril, para acudir a partir del día siguiente, viernes 20.
«Como nos explicaron, apunta, son gratuitas las 30 horas de conexión del primer mes, pero este no se contó a partir de la firma del contrato. Es un mes calendario. Quiere decir que me obligó a consumir 30 horas en menos de 10 días, pues el servicio no se activa el día en que se contrata.
«Además, cobran 10 CUC por un servicio inexistente, ya que uno mismo debe instalar el equipo en su casa. En resumen: se están pagando 250.00 CUP por oír lo mismo que está en el papel del contrato y otros folletos que dan en ese momento. Y ni siquiera hay una garantía de que la explicación sea buena, pues en ocasiones, como me ocurrió personalmente, dejan que personas no preparadas en el tema sean quienes se ocupen de esos trámites.
«Cuando procedí a presentar mi queja sobre por qué los sábados no se podía hacer el contrato, la persona encargada entonces me dijo que se podía hacer un “huequito” entre semana. ¿De qué tamaño debe ser ese “huequito”, si con cada cliente se demoran de 50 a 60 minutos, y existe el riesgo de estar todo un día en cola y no realizar la gestión?
«Para colmo de males, sin condiciones para esperar cómodamente, hay que estar de pie y bajo el sol. Entonces, si la oficina abre a las 8:30 a.m., cierra a la hora de almuerzo, y retoman las labores hasta las 4:00 p.m., es fácil deducir que en todo el día atienden de seis a ocho personas. Y hay solo una persona habilitada para ello».
Refiere Adriana que los servicios de Etecsa son en su mayoría, a precios elevados y difíciles de acceder, por lo que deben de tener calidad superior. «¿Acaso esto no es un ejemplo de maltrato a la población?», concluye.
El buen médico es un sanador de dolencias y también del alma. Un mitigador de penas e incertidumbres. Allí, en la frontera del dolor, no solo atiende el cuerpo del paciente. Es un restaurador de la esperanza.
Del doctor José Ramón Gómez Pérez, jefe del Servicio de Oncología del hospital Luis Díaz Soto (Naval), de La Habana, dicen bellezas sus pacientes.
Carmelo Roberto Cruz Cruz (Edificio 54, apto. 201, reparto Camilo Cienfuegos, Habana del Este) hace cinco meses portador de adenocarcinoma de próstata, se atiende con el doctor Gómez Pérez. Y atestigua en su carta no solo la profesionalidad de este galeno, sino también su consagración a los pacientes, el trato delicado que profesa a personas tan necesitadas de afecto y apoyo.
Revela Cruz que el doctor Gómez Pérez lleva 32 años laborando en dicho hospital, en cinco ocasiones ha alcanzado la condición de vanguardia nacional y ostenta la Orden Jesús Menéndez. Se mantiene vinculado a todos los avances de la especialidad, y es un fiel seguidor de las terapéuticas de mejores efectos contra la enfermedad.
«Ante muchas denuncias de negligencias que usted recibe, señala, puedo asegurar que existen en nuestro país también mambises del siglo XXI como el doctor Gómez Pérez, preocupados y solidarios con el prójimo, empeñados en el mejoramiento de nuestra sociedad».