Acuse de recibo
Decidido a amplificar su voz en todas las instancias y niveles hasta que se resuelva el problema, nos escribió el holguinero Ernesto Almaguer Díaz (calle Antonio Moreno No. 2LA, e/ 12 y 14, reparto Hilda Torres, Holguín). Su carta, que publicamos el 5 de enero pasado, daba cuenta de una zanja de aguas albañales que existe hace ¡más de cinco décadas! frente a muchos de los hogares del reparto Pueblo Nuevo, en la Ciudad de los Parques.
«Es duro ver cómo las fosas vierten en esta zanja y pasan heces fecales y agua putrefacta a tan solo un metro de estas viviendas», se dolía el remitente. Y agregaba que el asunto, a lo largo de la historia se había planteado, y "elevado", a diversas autoridades y entidades, se había puesto en disímiles planes de inversión, pero hasta ahora, nada. Alertaba el lector sobre el peligro grande del vertedero, máxime cuando a nuestra área geográfica la asolan múltiples enfermedades y el país está en franca batalla contra los vectores.
A propósito responde Jorge José Quevedo Segura, subdelegado de Inversiones de la Delegación Provincial de Recursos Hidráulicos en Holguín. Informa el funcionario que él mismo presidió una comisión que visitó al lector para darle razones en torno en su queja.
Dicha Comisión comunicó al lugareño «que la solución al problema planteado está en la construcción del alcantarillado del reparto Pueblo Nuevo, que se cuenta con un proyecto de alcantarillado, pero no se tienen aprobados recursos ni financiamiento para la construcción del mismo».
«Hasta el momento —apunta el Subdelegado— se ha incorporado en los planes de la economía la construcción del alcantarillado del reparto La Aduana. Se le informó además (al remitente) que la dirección de Recursos Hidráulicos en la provincia se encuentra de conjunto con el INRH (Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos) en la búsqueda de financiamiento externo para respaldar inversiones de este tipo en la ciudad de Holguín, partiendo de la baja cobertura de alcantarillado (solo el 28 por ciento), y de la crítica situación higiénico epidemiológica, convirtiendo esto en un gran riesgo ambiental».
Y finaliza su breve misiva el directivo, refiriendo que Ernesto Almaguer Díaz se mostró conforme con la visita y el trato de los funcionarios del INRH, «pero con la respuesta, no; estará conforme una vez solucionado el problema».
Agradezco la contestación. Alegra saber que la Dirección de Recursos Hidráulicos en la provincia y el INRH están buscando alternativas de financiamiento ante lo que ellos mismos consideran «un gran riesgo ambiental», pero urge comentemos algunos aspectos de este complejo asunto.
El funcionario nunca desmintió que se tratase de un problema que data de 50 años, por lo cual asumo que esta información es totalmente cierta. En ese largo tiempo, ¿en cuántos planes, programas, reuniones, rendiciones de cuentas y conversaciones en disímiles espacios y lugares ha estado presente el asunto? La respuesta no es difícil de imaginar. Y sin embargo, el problema sigue ahí, como si fuera imbatible.
¿Y los que debieron rendir cuentas de estos planes, proyectos y programas? ¿Acaso cada dirección que salió no hizo un traspaso con todo el rigor y la transparencia a los nuevos que asumían sus cargos?
Qué difícil es remontar la cuesta de una adicción. Y cuánto se agradece a quienes con amorosa severidad ayudan en tal empeño. El veterano camagüeyano Aldo Aguiar Gutiérrez lo sabe, y quiere expresar con todo el pecho su gratitud. «Fui ingresado en el Hospital Siquiátrico de Camagüey para erradicar el consumo de alcohol… Por no tener dónde vivir y ser de la tercera edad (…) se me ubicó en el centro asistencial que se encuentra en la Carretera de Vertientes Km 2 (…) Agradezco al personal de esta institución junto al del hospital siquiátrico y demás factores que han posibilitado mi atención y cuidado», señala Aldo. Allí, en el citado Centro de Atención a Deambulantes, late dichoso su agradecimiento.