Acuse de recibo
Evocando un célebre personaje del periodista y humorista cubano Héctor Zumbado Argueta: el temible Chapucio, presentamos aquí el 23 de mayo de 2015 la queja enviada por el camagüeyano Reinaldo Márquez Páez (calle Línea, e/ B y C, edif. 86, apto. 1, Santa Cruz del Sur). Narraba Reinaldo que a su familia y a otras 15 les fue entregado en 2005 un edificio cuyo acabado era más bien un «comenzado».
«Piso sin losa, no llega a pulido y sin calidad; la meseta también sin pulir, sin enchape y por debajo se cae a pedazos; el baño, sin enchape y supuestamente con estuque», describía el lector. Para colmo, añadía, los pisos se habían empezado a filtrar. Las viviendas de marras, entregadas en un plan de estímulo por la CTC, se habían convertido realmente en una «desestimulante» situación.
Al respecto contestó, con fecha 30 de diciembre, siete meses después, Leonel del Risco Franco, director de la Dirección Provincial de la Vivienda (DPV) en suelo agramontino.
Inicia su misiva el ejecutivo explicando que «la política de aprobación de viviendas Plan CTC en el país, fue mediante la construcción por esfuerzo propio, proceso que comenzó en el año 2005».
Por diferentes dificultades —señala— este programa no se concluyó, y al valorarse por las distintas instituciones y organizaciones implicadas se determinó estatalizar las viviendas que no se habían iniciado, de las que en la provincia había 62 (de un plan de mil).
Dichas viviendas, a partir de 2012, fueron otorgándose en los edificios que construía el Ministerio de la Construcción (Micons), expresa el funcionario. Se entregaron en los municipios de Camagüey, Minas, Esmeralda y Santa Cruz del Sur.
El propio Micons —apunta— emitió las indicaciones «sobre la construcción de Viviendas Económicas, las cuales regulan que las mismas deben construirse con pisos de cemento pulido, sin pintura interior, con mesetas y baños enlucidos (estucados)».
Agrega el directivo camagüeyano que en el caso de estas viviendas económicas «su prioridad eran los casos de afectaciones climatológicas y, por no existir otro tipo de construcción indicada, se han estado entregando además a los casos pendientes del Plan CTC, casos sociales y a cuadros. En todos los casos han existido quejas de los propietarios, las que han sido atendidas por los CAM, CAP, DPV, DMV, PCC».
Asevera que, desde el punto de vista técnico, aunque se logre calidad en las terminaciones, los enlucidos y pisos pulidos se cuartean a partir de los movimientos de oscilación de las edificaciones.
«Sin ir en contra de la política de construir viviendas económicas, y a partir de las capacidades de producción de losas de piso que existe en la provincia, desde mediados del presente año a todos los edificios construidos se les ha colocado piso de baldosa o mosaico; se prevé en el primer semestre del 2016 restituir los pisos de los edificios que fueron construidos con pisos pulidos», concluye Leonel del Risco Franco.
Agradezco la respuesta. No obstante, y más allá de a quiénes fueran dirigidas las viviendas que se construyeron (afectados, Plan CTC, cuadros, etc.), el nivel de terminación debía ser, al menos, el mínimo aceptable.
Esto no quita que se comprenda la necesidad de edificar al menor costo posible. Pero como ya hemos dicho ante otros casos semejantes: bajo costo no ha de traducirse en baja calidad.