Acuse de recibo
Como un funesto «amigo» que impone su presencia, el hueco en la esquina de calle 5ta y Central, en San Miguel del Padrón, ha crecido y crecido hasta alcanzar varios metros de largo por ancho y el inevitable desborde de agua y albañales. Lo cuenta el capitalino Luis Iglesias (5ta., entre Central y Río), quien reseña en su carta la historia de la furnia.
«Desde octubre del año pasado, una brigada de Acueducto y Alcantarillado realizó una obra en calle Central y 5ta., sobre la tupición del alcantarillado; le dieron solución provisional, abriendo un hueco en calle 5ta. para entubar a calle Central. (…) Los vecinos (…) tuvimos que tapar con medios propios ese hueco», evoca el lugareño.
Abrieron un segundo hueco —refiere— para entubar hacia el primero y que toda el agua albañal corriera para el río. «Esta obra no tuvo terminación, pues dicen los compañeros de Acueducto que se rompió la retroexcavadora y después no tenían tubo para dicha ejecución. Pasados más de siete meses, este hueco aumentó su diámetro y es imposible transitar por esa vía cuando es día de agua…», se duele el lector.
El problema, sostiene, se le ha comunicado al Gobierno del municipio, pero no ha aparecido la solución. ¿Qué hay que esperar, un terrible accidente?
Una semana estuvo ingresada la mayabequense Enma Rodríguez Escalona (Ave. 93, No. 6607, entre 66 y 68, Alquízar) en el Hospital Psiquiátrico Crisanto Betancourt, situado en Catalina de Güines. Allí la atendió la doctora que se encontraba de guardia.
Y fue tal la profesionalidad y buen trato, que Enma quiere felicitar públicamente a la especialista Bárbara Salazar González, una luz solidaria en aquel momento.
De igual forma, la remitente desea reconocer el meritorio trabajo del personal médico y de enfermería que labora en la sala UIC de ese centro hospitalario. Gracias a todos ellos, fue posible su pronta recuperación.