Acuse de recibo
Leyani León Guirola (Prolongación 26 de Julio sin número Final, Ranchuelo, Villa Clara) lanzó un S.O.S. el pasado 3 de febrero en su territorio para evitar que se imponga un proyecto de construcción de una fábrica de bloques por parte de un trabajador por cuenta propia en esa área urbana, sin tener en cuenta el daño que representa a la salud de los vecinos que allí residen.
Cuenta la remitente que, particularmente, teme por la salud de su hija de seis años, que es discapacitada y padece de hipoacusia neurosensorial bilateral profunda. Y a la misma las enfermedades por vías respiratorias le agudizan su condición, además de los efectos perturbadores del ruido al que va a estar expuesta, de coronarse el impactante empeño.
Pues el 3 de febrero pasado Leyani presentó una carta de denuncia al Presidente del Gobierno, al Vicepresidente del mismo que atiende la actividad constructiva, y a las autoridades políticas del municipio. También a la Dirección de Planificación Física, Higiene, Dirección Municipal de Trabajo, el policlínico y otras entidades.
Caso aparte, señala, es la Presidenta del Citma allí «quien refiere que no recibe quejas, que si los técnicos de Higiene la citan ella va, pero que el Citma nada tiene que ver con el ruido y el polvo», enfatiza Leyani, y argumenta: «Si el organismo que esta compañera dirige no se ocupa de los problemas de contaminación por polvo y ruido, los cuales la Ley 81 de Medio Ambiente reconoce como contaminación ambiental, entonces ¿a quién le corresponde?».
La madre asegura que se ha presentado en todas esas entidades, y no le han dado respuesta alguna; pero los preparativos de la obra continúan.
«Aún no aparece un organismo que se atribuya la potestad de determinar si el proyecto es viable o no, refiere. Nadie sabe quién dio los permisos. Se desconoce a quién se le puede presentar la inconformidad. Que conste, no estoy en contra del progreso del municipio, pero ¿por qué no localizar áreas que no estén pobladas, donde no se afecte a las personas?
«En esa zona el viento es muy fuerte, y en períodos del año hasta molesto. ¿Por qué no solucionar el problema antes de que empiece y el cuentapropista invierta todo su presupuesto, en vez de hacerlo en un terreno donde nadie salga perjudicado? «No es justo que las personas que vivimos ahí hace muchos años tengamos que mudarnos, mucho menos ahora que nadie nos va a comprar la vivienda en esas condiciones. ¿Quién le pone el cascabel al gato?», concluye Leyani. Y respondo que son precisamente las autoridades del territorio las que deben atajar a tiempo un futuro conflicto, en nombre de la Ley. Gobernar es prever, sentenció nuestro José Martí.
Suit Mit Adela Hung Quiroga es una anciana sin paz. Sí, por que reside en Trinidad 855, entre Barnada y Calle Nueva, en la ciudad de Santiago de Cuba; y al lado de su vivienda, en el 853, radica una casa de ensayo de grupos musicales.
Los ensayos, según la señora, eran al principio una o dos veces a la semana, fundamentalmente en la mañana, y ya al mediodía terminaban. Ahora son desde la mañana hasta la tarde, y diariamente, sin contar que el local sirve también para cumpleaños y fiestas, generalmente los domingos.
Y se da el caso de que ensayen en el pasillo los trompetistas, en una casa que no presenta las condiciones ni el diseño acústico para ello. Lo hacen a todo volumen. «En la sala nos separa una pared, afirma, pero el resto es un muro bajo. Como podrá comprender, es insoportable. No se puede oír radio ni ver televisión, ni hablar por teléfono. No se puede conversar ni dormir una siesta. Ni se oye el timbre cuando tocan a la puerta».
Suit Mit no precisa qué gestiones ha hecho, ni con qué entidad. Pero nadie tiene derecho, en pos de la música, a condenar los oídos ajenos y transgredir la paz del prójimo. ¿Qué dicen las autoridades de la ciudad de Santiago de Cuba?