Acuse de recibo
Una respuesta ágil y esclarecedora, como le corresponde a una institución para despejar rumores y malentendidos, es la que ofrece hoy Alberto Barrios Ramírez, metodólogo de la Dirección de Logística del Ministerio de Educación.
Alberto responde a Zaily Justo, de la capital, quien el pasado 14 de junio contaba aquí que en la escuela primaria Amistad Cuba-Angola, del reparto habanero San Agustín, al interesarse ella por el papel para comprar el uniforme de su hijo para el próximo curso escolar, le informaron que solo se daría el mismo a los alumnos que pasan de cuarto a quinto grado.
Agregaba Zaily que a su niño, quien concluye ahora el primer grado, solo le han correspondido dos uniformes y cuando matriculó el preescolar, pero ya no le sirven. Los niños crecen rápidamente.
Al respecto, señala Barrios que, según las normas establecidas por los Ministerios de Educación (Mined) y de Comercio Interior (Mincín), corresponden dos uniformes para los alumnos de nuevo ingreso en todas las educaciones, incluyendo el preescolar. Y en segundo y tercer grados de la Primaria y de Educación Especial, les toca un uniforme. Luego, en el quinto grado, inicio del segundo ciclo en la Primaria y la Enseñanza Especial, tienen derecho a dos uniformes.
Hay también establecido un 30 por ciento de uniformes de reposición a los educandos de primero, cuarto y sexto grados en la Primaria y la Especial, en casos de roturas y pérdidas de los mismos, avaladas por la escuela.
Significa el metodólogo que el Mined, en coordinación con el Mincin, realiza grandes esfuerzos para lograr una mayor organización en el proceso de comercialización de los uniformes escolares en todo el país.
Y precisa que en estos momentos se realiza la distribución de esas prendas escolares hacia los municipios, y de estos a la red de tiendas habilitadas para la venta correspondiente.
Agrega Barrios que se ha indicado a todas las estructuras de dirección, hasta las escuelas, que informen adecuadamente a los padres de este proceso. Para ello, precisa, cuentan con el manual de normas de distribución y la carta circular conjunta Mined-Mincín.
«“Esperamos que la respuesta a Zaily Justo, de que su hijo en segundo grado recibirá uniforme, sirva además para esclarecer las dudas de la población en general», concluye el metodólogo.
Agradezco la respuesta, en nombre de los niños de Primaria y de sus familias a lo largo y ancho del país. Evidentemente, en la escuela Amistad Cuba-Angola estaban desinformados, o malinterpretaron las señales. Valga esta respuesta a tiempo para evitar distorsiones en torno a un tema tan sensible como el del uniforme de nuestros escolares.
Rita Teresa Irarragorri (Hidalgo No. 602, entre San Pedro y Colón, Plaza de la Revolución, La Habana) tiene una situación muy delicada con su mamá, anciana de 87 años con demencia e incontinencia urinaria y rectal, por lo cual requiere comprar pañales desechables para ella.
La remitente ha hecho las gestiones por Salud Pública para adquirir esos pañales en moneda nacional, dado el alto costo de los mismos en las tiendas en divisa, cuando los hay.
Desde el 13 de enero pasado ella tiene en su poder el «autorizo» para comprar en la unidad dedicada a ello, en Infanta y San Lázaro, dos cajas de culeros desechables, autorizadas por el director de ENSUNA.
Todos los días Rita Teresa llama hasta dos veces por teléfono para saber si entraron los susodichos. Y las compañeras, que se caracterizan por su buen trato, le responden que no, y le insisten en que siga llamando.
Rita Teresa, como muchas otras personas que deben tener cuadro tan complicado en su familia, se preguntan el por qué, sin lograr que se le dé una respuesta pormenorizada y sincera acerca de la ausencia de los culeros.
Casos tan sensibles merecen una información a fondo, en el sentido de si el Estado podrá mantener el suministro estable de esos aditamentos tan necesarios, a precios protegidos; porque no es la primera vez que el asunto de la falta de culeros desechables irrumpe en esta columna.