Acuse de recibo
Ludisnelda Vázquez (Calle 4ta. No. 36, entre Prolongación de Padre Valencia y Prolongación de Línea, reparto San Miguel, Camagüey) relata la historia de un mal nacido con la imprevisión, y de la incapacidad para atender las secuelas correspondientes.
Cuenta que en 2006 le asignaron la posibilidad de construir su vivienda, por el Plan de la CTC, en el asentamiento San Rafael, de la capital agramontina. En 2007 comenzó la tramitación de documentos para conformar el expediente de los materiales, y empezó a construir la vivienda a mediados de 2008.
Ya en el terreno, se percata de que el asentamiento está a unos cien metros de la Fábrica de Tejas Infinitas de esa ciudad, y en el lugar tiene un impacto considerable la emanación de humo, sustancias químicas y hollín de la citada industria.
Ludisnelda alertó al Gobierno municipal y a la Unidad Municipal Inversionista de la Vivienda. Y continuó: en abril de 2009 escribió a la Delegación Provincial del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA). De esta recibió respuesta al siguiente mes: Tejas Infinitas debía elaborar un programa para controlar las emanaciones de gases, en un plazo que finalizaba en agosto de 2009.
Pero todo seguía igual cuando, en septiembre de 2009, Ludisnelda solicitó al CITMA que revisara de nuevo el tema, pues ya había expirado el plazo. Y en octubre de 2009 recibió respuesta. La jefa del Departamento de Supervisión Ambiental y el director de la fábrica fueron invitados a la asamblea de rendición de cuentas del delegado a sus electores. La primera sí fue, pero el segundo no.
En la reunión pudieron conocer los electores que el estudio que debía realizar la fábrica costaba 10 000 pesos, pero no era problema alguno. Ante la ausencia del director de la industria, Ludisnelda se personó en noviembre en su oficina, y él mismo le aseguró que estaban realizando un estudio de la calidad del aire, que duraría aproximadamente 30 días.
En diciembre, la reclamante volvió por la entidad y le informaron que el equipo del estudio se encontraba roto, por lo cual la investigación no se había concluido.
En octubre de 2009, un programa de Televisión Camagüey mostró imágenes de la emanación de humo. En el mismo, comparecieron la jefa del Departamento de Medio Ambiente del CITMA en la provincia, y el inspector que realizó la visita a la fábrica, quienes precisaron ante las cámaras que Tejas Infinitas debía cumplir la medición del aire antes de concluir 2009. También que, según la Ley del Medio Ambiente, quien contamina debe ser quien resuelva el problema. Y dijeron que ellos darían seguimiento al caso.
La remitente está muy preocupada porque en la carta enviada por el CITMA a ella el 21 de mayo de 2009, le planteaba entonces que la fábrica debía hacer el estudio de la calidad del aire en la instalación y zonas exteriores. Pero en la misiva que recibiera el 20 de septiembre de 2009, del propio CITMA, le corroboran que el estudio no ha podido realizarse por falta de equipamiento. Y para colmo, el 1ro. de febrero pasado la tenaz Ludisnelda habló por teléfono con el tecnólogo de la fábrica, y este le dijo que el estudio demoraba.
«¿Qué tiempo? No sabe decirme, agrega la lectora. Como se puede ver, nueve meses después de recibir la primera respuesta, aún no hay nada en concreto, y tanto los habitantes del asentamiento como la atmósfera somos víctimas de la contaminación».
Según ella, la fábrica existía antes de que se creara el asentamiento. Entonces, evidentemente, hubo violaciones de la política urbanística. ¿Cómo es posible que Planificación Física permitiera que allí se construyeran viviendas?
Ya el mal está hecho, pero ello no justifica que se postergue un estudio de impacto para tomar medidas. Ludisnelda pregunta: «¿Sería tan difícil realizar inversiones de mejoramiento técnico, elevar las torres, establecer filtros y otras variantes que, por la cultura general que nos ha garantizado la Revolución, sabemos que se pueden implementar?».