Acuse de recibo
Un solo trabajador que sospeche una violación laboral, es motivo suficiente para que todo se esclarezca con transparencia. Por eso reflejé aquí el pasado 7 de julio la inquietud de Flavia Damaris Aguilar, trabajadora del Hotel Sierra Maestra de la ciudad de Bayamo, quien fue reubicada en una fábrica de helados de la localidad.
Flavia refería que, a raíz de su reubicación en la fábrica, por interrupción laboral colectiva en el hotel, este le siguió pagando su salario, pero no así el estímulo de diez CUC para necesidades de aseo. Le comunicaron que, mientras tanto, no tiene derecho a acumular vacaciones. Ella no entendía, siendo como es fundadora del hotel y trabajadora eficiente.
Al respecto, aclara Roger Rojas, director del Hotel Sierra Maestra, de la Empresa Islazul Granma, que el proceso de interrupción laboral en dicho centro, el cual abarca al 41 por ciento de los trabajadores, busca una mayor eficiencia en la utilización de los recursos humanos. Comenzó en enero de 2009, y se utilizaron todas las vías de comunicación e información directa a los trabajadores.
Aún así, sostiene, a raíz de lo publicado, se reunieron una vez más con Flavia y se le explicó el fundamento legal con que se obró en su caso: ella fue reubicada, al igual que otros trabajadores que habían mantenido una buena conducta. Se optó por el comedor de la fábrica de helados porque ella misma lo solicitó, dada la cercanía.
A tenor con la Resolución 072/2007 del Ministerio de Turismo (MINTUR), los trabajadores que se reubiquen en entidades no pertenecientes al MINTUR, tienen derecho al ciento por ciento del monto de su salario fijo diario, pero no a los diez CUC destinados al aseo. Ni tampoco en el pago de la garantía salarial se incluye la acumulación de vacaciones.
Los argumentos del director del Hotel Sierra Maestra coinciden también con la respuesta enviada por Mirella González, especialista de Atención a la Población de la Dirección Provincial de Trabajo en la provincia de Granma.
Tuvo impacto la queja de Ana Ibis Lazo —reseñada aquí el pasado 26 de agosto—, en cuanto a la exigencia del Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas Vladimir Ilich Lenin en materia de zapatos y medias para acompañar el uniforme de sus estudiantes. Hoy llega la respuesta de Tamara Viera, directora de ese centro docente de la capital, conocido popularmente por «La Lenin».
Primero, el detonante: Ana Ibis, madre de una alumna del centro, consideraba extrema, y alejada de la realidad, la ordenanza de que los alumnos lleven zapatos cerrados de color entero negro, azul o carmelita, en sustitución de los tradicionales colegiales, que no les entregan ya allí. En el comercio minorista en CUC, y a precios exorbitantes, los padres no pueden complacer siempre esa normativa; al igual que con las medias blancas y largas, que brillan por su ausencia, como no sean las que llevan adornos, dibujos y marcas, prohibidas por el reglamento escolar.
Precisa Tamara que ese centro no renuncia a mantener la uniformidad de sus alumnos en la medida de lo posible, «aunque seamos un poco flexibles con los artículos que sabemos no les hemos entregado».
Informa que, por decisión del Consejo de Dirección de la escuela, con el apoyo de la Dirección Provincial de Educación, este curso escolar se entregan a los alumnos de 10mo. grado, junto al módulo de dos uniformes nuevos y su abrigo azul, un par de zapatos colegiales y otro deportivo.
Posteriormente se les dará a los de 11no., y estarán en condiciones de efectuar el cambio de las piezas de uniformes a los continuantes que hayan variado su talla y/o peso. «De esta manera, concluye, la escuela se encontrará con mayores posibilidades materiales para exigir el cumplimiento de su Reglamento escolar, que ha abogado siempre, y lo seguirá haciendo, por una institución educativa organizada y disciplinada».