Acuse de recibo
Hoy traigo la ágil respuesta de Juan Chediak Pérez, director de la Empresa Provincial de Establecimientos Especiales de Ciudad de La Habana, a la queja de Damián González, reflejada aquí el pasado 10 de febrero, sobre irregularidades detectadas en el nuevo café exprés que radica en la Terminal de Ómnibus Nacionales, de la capital.
Damián, quien se declara un confeso cliente de la hermosa cafetería, señalaba con muy buena intención fisuras que ya le encontraba al servicio de la misma: no brindaban el vaso de agua fría acompañante del café. Y se producen interrupciones por distintos factores: Están limpiando. Contando el dinero. Hay una fase caída del servicio eléctrico. No hay polvo de café en este momento. No hay azúcar. No han comenzado, a pesar de haber transcurrido la hora de apertura. Ya se terminó el café. Y no siempre el mejor carácter y la sonrisa. Todo eso dijo Damián, con conocimiento de causa.
Al respecto, refiere Chediak que, a raíz de lo publicado, se personaron en la cafetería para analizar los asuntos en el terreno. Y se abrió un expediente disciplinario a la administración de esa unidad, «ya que lo planteado no tiene justificación en un establecimiento donde se han creado todas las condiciones para prestar un servicio correcto».
Agrega que también, en compañía del Viceministro de Comercio Interior que atiende la gastronomía, visitó a Damián, para excusarse personalmente con él e informarle de las medidas tomadas.
Al propio tiempo, recalca Chediak que, a propósito del problema del servicio eléctrico, solicitaron a la dirección de la Terminal de Ómnibus, donde está enclavada la cafetería, que dé solución a los problemas de interrupciones que se suceden en ese inmueble.
Ojalá pueda lograrse que esa hermosa unidad no languidezca precozmente, teniendo todas las condiciones materiales. No es la primera vez que nace algo, en materia de gastronomía, y se frustra en el camino por múltiples problemas internos de la unidad, y otras condicionantes esenciales de cómo está concebido y diseñado ese sector. Ojalá por lo menos que la empresa mantenga sistemáticamente la atención y el control de esa y otras unidades similares; y les dé el seguimiento cotidiano, para que no tenga que enterarse por esta vía de lo que comienza a presentar grietas. Por lo demás, agradecido.
La segunda carta la envía Bárbara González, de Barcelona 157, entre Maceo y Manuel Ruiz, en la ciudad de Santa Clara. Y relata una confusa historia laboral que ni ella misma, la víctima, entiende. Cuando un trabajador se ve en esa situación, hay dos posibilidades: o se obró mal con él, y hay que restituir la justicia y tomar las medidas pertinentes; o, teniendo la razón la administración, no supo explicarle e informarle el fundamento de lo hecho.
La remitente ha laborado como especialista principal en la UB ATM (¿será Unidad Básica de Abastecimiento Técnico Material?) de la ECOI 1 de Villa Clara (¡Qué apego a las siglas!). En el 2006 salió embarazada, y presentó muchos problemas de salud por amenaza de parto prematuro.
Luego del parto, feliz parto, y próxima a incorporarse a su puesto, el jefe de departamento le manifiesta que, por el tiempo que llevaba fuera de su puesto, se ubicó allí a otra compañera, y para ella solo tiene el cargo de especialista (sin principal).
Bárbara refiere que le solicitó le entregara lo informado por escrito, para hacer su correspondiente reclamación. Y cuando me escribió el 31 de enero pasado, no lo había recibido.
El 29 de enero Bárbara se entrevistó con el jefe de Recursos Humanos de la entidad, y este le manifestó que se encuentran en Perfeccionamiento Empresarial, por lo cual el director de la empresa delega en los directores y jefes de departamentos, para que ellos tomen las medidas que entiendan necesarias.
«¿Tengo derecho o no a retornar a la plaza?», me pregunta Bárbara. Y yo prefiero remitirle esta inquietud a los especialistas del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, no sin antes recordar que algo tan serio como el Perfeccionamiento Empresarial se rige por normas muy estrictas, y no por lo que entienda necesario cualquier jefe. Ojalá pueda aclararse este caso, con el concurso imparcial de los especialistas en el tema.